Entramos en el último cuatrimestre, semanas que se antojan vitales puesto que nos indicarán el éxito o fracaso de las medidas emprendidas, y si hay esperanzas de ver una salida de esta larga y dura crisis relativamente pronto. Pero lo más probable que suframos, es un panorama muy poco halagüeño en todos los indicadores, las noticias negativas volverán a ocupar los titulares de todos los medios de comunicación, y las positivas serán muy escasas. Este es el panorama que presumiblemente nos espera.
Más desempleo e inflación
Se acabó el verano y a la vez que miles de negocios echan el cierre, la lista del INEM volverá a crecer de forma más que importante. Lo peor, es que la perspectiva para la temporada de Navidad, que solía animar el consumo interior y por tanto el comercio, es la peor en años, y el panorama para el empleo desolador. El desencadenante de esto está en las medidas de ajuste, entre las que se incluyen desde la eliminación de la paga extra a Funcionarios a la subida del IVA. Está tendrá un claro efecto sobre los precios, que con una subida interanual del 2,2% en julio le influye menos en su evolución las rebajas y mucho mas medidas como la subida del porcentaje que pagan muchos ciudadanos por los medicamentos.
Con la subida del IVA, los tipos normal y reducido verán como se eleva su tasa en un 3% y un 2%, pero además, otros productos verán como se revisa su tipo impositivo, con subidas de un 13% y para algunos productos que tenían el IVA superreducido y pasa a normal, hasta un 17%. Si además añadimos como el petróleo ya ha iniciado su escalada de precios que se puede ser más que importante si el invierno es duro (la gasolina ya supera los 1,50 euros de nuevo) y se habla de nuevas tasas como el céntimo verde en el gas natural que le encarecería en un 10%, los efectos sobre los precios serán presumiblemente devastadores.
Recesión profunda
Con una caída real de los salarios más que apreciable para toda la población, el consumo interno se derrumbará, si añadimos que la aportación del sector exterior a nuestra economía es, usando buenas palabras, es “tímida”, el resultado es que la recesión pasará a ser profunda, con algunos analistas ya hablando incluso de una caída del PIB del 2%.
Si la sumamos a la subida de precios, nos encontramos ante uno de los escenarios más dañinos, la estanflación, estancamiento con inflación. Lo más probable es que no sea un escenario duradero por el lado de los precios, ya que si el consumo va cayendo, lo único que queda es que bajen los precios para animar a consumir. Esto no es tampoco excesivamente bueno, hay sectores en los que los márgenes ya no son muy elevados y la reducción de costes puede llevar a seguir con menos salarios y más despedidos. Por ello, tras un periodo de estanflación entraremos en una plena caída económica, sin muchos estímulos para salir de ella.
La duda de las cuentas públicas
Y este esfuerzo ¿Para qué? En teoría para sanear las cuentas públicas y contribuir a conseguir el objetivo de déficit exigido por Europa. Pero, lo más probable, es que no logre todo lo planeado, y en el escenario más plausible de caída del consumo, los niveles de recaudación mengüen a la vez que muchos recortes consigan menos de lo esperado, y llevar a la “tentación” de nuevas medidas que continúen con el efecto expulsión del consumo y la inversión. Y es que, tampoco las entidades financieras van a poner su granito de arena en el corto plazo, y el crédito seguirá en mínimos, a la vez que la morosidad se disparará.
Buenas noticias para los hipotecados, a medias
Entre las pocas buenas noticias, las tendrán algunos hipotecados, y es que cada día la caída del Euribor a un año, la principal referencia de las hipotecas variables, no parece tener fin y cada día rompe su propio suelo. Pero es precisamente esta palabra maldita la que hace que no todos se beneficien, la cláusula de “suelo” que tienen muchas hipotecas, especialmente las más recientes, limitan o, en la mayoría de los casos, impiden beneficiarse de esta bajada histórica pagando tipos mucho más altos.
Pero tampoco todos son buenas noticias para los que tengan hipotecas anteriores a 2006. Si hasta ahora, podían beneficiarse de una desgravación del 20% para los primeros 4.500 euros, a partir del 2012, la deducción será del 15% para todo lo aportado en el año, perdiendo hasta 275 euros por contribuyente.
En definitiva, unos meses complicados, en el que se medirá la capacidad de aguante de nuestra economía a nivel macroeconómico, pero fundamentalmente la del ciudadano. Fuente