Quizás no te habías dado cuenta, pero en tu cocina se acumulan cada vez más enchufes y cables. Robots de última generación capaces de hacer cualquier cosa, batidoras sofisticadísimas e incluso futuristas máquinas para cocinar a baja temperatura se acumulan, desplazando a artilugios más sencillos como los pasapurés o los molinillos de café de toda la vida. Es el signo de los tiempos.
Por eso sorprende que surja un artilugio como la Wonderbag, creada por la emprendedora sudafricana Sarah Collins en colaboración con la activista contra la pobreza Moshy Mate. Aunque tiene la apariencia de una sencilla almohada de tela, se trata de una bolsa que permite cocinar a baja temperatura y ahorrar electricidad.
El funcionamiento es bien sencillo: ponemos a hervir el guiso en nuestra cocina, después retiramos la olla o cacerola del fuego y la introducimos en la Wonderbag para que la comida termine de cocinarse allí dentro, gracias a la acción de su propio calor. Este ingenio, hecho de dos bolsas de mezcla de poliéster y algodón y rellenas de bolas de poliestireno y espuma, logra mantener la temperatura de la comida para que se vaya cocinando poco a poco.
Además de permitir un importante ahorro de electricidad, otra ventaja es que podemos llevarnos la Wonderbag allá donde vayamos, de modo que nuestra comida se va cocinando poco a poco sin que tengamos que preocuparnos de si hemos dejado el fuego encendido.
Pensada para favorecer la economía de las familias africanas, la Wonderbag se vende ya en otros lugares como Estados Unidos o Turquía. Y es que por cada Wonderbag vendida en el país norteamericano, la marca se compromete a donar una igual a una familia en África. En la página web incluyen recetas susceptibles de prepararse en este artilugio, desde la sopa de calabaza hasta las peras al vino, pasando por el curry de ternera.
A pesar de que la Wonderbag es relativamente reciente, se basa en el modelo de funcionamiento de las «cajas térmicas» que se comenzaron a utilizar en el siglo XIX a base de materiales como madera o paja. El objetivo era el mismo: que la comida que se había puesto durante un tiempo limitado en el fuego terminara de hacerse dentro. En realidad, la Wonderbag es, sencillamente, la puesta al día de este invento.
Aunque ahora nos parezca increíble hay muchísimos aparatos que no precisan de la electricidad para funcionar, como es el caso de los hornillos, que se calientan con carbón vegetal y que son todo un clásico de las acampadas.
Al mismo tiempo, existe una tendencia hacia la instalación (e incluso la creación) de hornos en casa que aprovechan la luz del sol para funcionar. Solo hace falta echar la vista atrás para ver que muchos de los aparatos que ahora baten o mezclan por si solos, llevaban antes una manivela y precisaban de un buen rato de ejercicio físico para hacerlos funcionar. La Wonderbag solo ha venido a recordarnos que también es posible cocinar sin electricidad. Aunque ya no nos acordáramos. Fuente: Yahoo