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Siempre es tenso atravesar un punto de control en la frontera, aunque no tengas un plan criminal entre manos. Evitar estas diez cosas harán que el trago pase más rápido:
Absenta
Los turistas malotes suelen perder la cabeza este licor alucinógeno, presuntamente prohibido. En realidad, lo que hoy se fabrica tiene poco que ver con la bebida psicoactiva que enamoró a la bohemia en el siglo XIX. Cuanto más macarra sea la etiqueta, menos posibilidades de que cuele.
Plantas
Especialmente bambús, mimbres y similares. Tampoco va a colar casi ninguna semilla. En la mayoría de países, los botánicos piden permiso especial de importación. En cosas extremos, como Estados Unidos, los trámites llevan la friolera de treinta días. Si te encaprichas de alguna especie vegetal, mejor la compras desde casa por Internet.
Marfil
La vigilancia de especies protegidas levanta sospechas sobre este material precioso. Para atravesar las aduanas suelen pedir un certificado de que la pieza tiene un mínimo de cien años (este papel no es precisamente sencillo de conseguir). Demasiadas molestias para poner una horterada afro en el salón.
Antigüedades
El saqueo por parte de mafias, particulares y gobiernos extranjeros ha convencido a los aduaneros de que la mejor estrategia posible es no dejar pasar nada que parezca fabricado antes de 1950. Además, abundan los certificados de autenticidad falsificados, que requiere ojos expertos para detectarlos. Por eso la política de tolerancia cero.
Carne (incluso sopa de carne)
Los agentes patógenos que puede albergar hacen saltar todas las alarmas en los ministerios de sanidad (además, prohibir el paso en aduana favorece a la industria carnicera local). Especialmente histéricos con este asunto son los agentes estadounidenses , especialistas en requisar jamón ibérico con denominación de origen. Luego lo tiran, por supuesto.
Artesanía de Cuba , Irán o Sudán
Estos países, con pésima reputación entre los gobiernos occidentales, sufren un trato bastante hostil en las aduanas. La artesanía voluminosa es examinada como si tratase de artefactos explosivos. Los únicos objetos que suelen colar son libros, revistas, películas y en general material cultural.
Frutas y verduras
Ante la duda, cierran la muralla. A finales de los ochenta se extendió en California una epidemia de «moscas de la fruta» provocada por una sola pieza infectada que llegó del Mediterráneo. El departamneto de agricultra tuvo que invertir cien millones de dólares para que no se perdiera toda la cosecha del año. Si no avisas de que llevas fruta o verdura encima puede caerte una multa de 300 dólares. Poca broma.
Ropa de marca falsificada
Los países productores son especialmente sensibles.No parece buena idea aparecer en Milán con doce bolsos Dolce & Gabbana falsificados en China o aterrizar en Los Ángeles cargado de productos Disney pirateados en Taiwán. El límite tolerado es un solo producto por persona. Mucho mejor si lo llevas puesto.
Más de diez mil dólares, libras o euros
Es una barrera psicológica a partir de la cual se despiertan las sospechas. Cheques , pagarés y cheques de viaje cuentan también como efectivo. En la era del plástico llevar tanta «pasta» encima solo puede significar que eres un traficante, un evasor o un peligroso ateo bancario. Algunos países marcan penas de hasta tres años si no declaras esta cantidad.
Bongos haitianos hechos con piel de cabra
Parece broma, pero ya ha habido casos de muertes por las esporas de ántrax que pueden anidar en la piel de cabra de estos instrumentos (en concreto,murió un chico en Londres por unos timbales africanos). Este tipo de corrupción aparece cuando el proceso de curtido no se ha hecho con las precauciones necesarias. Las autoridades sanitarias están cada vez más atentas. Fuente
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