Descubre por qué se arrugan los dedos con el agua

15 enero, 2013 Curiosidades Comentarios desactivados en Descubre por qué se arrugan los dedos con el agua

Los estudios e investigaciones científicas que se realizan por todo el mundo no siempre tienen como objetivo descubrir los grandes secretos del Universo.

Muchas veces, la ciencia también nos ayuda a conocer esos pequeños misterios que nos surgen en la vida cotidiana, tan aparentemente insignificantes como el porqué se nos pone la carne de gallina o la razón por la que no podemos tener los ojos abiertos mientras estornudamos.

Son curiosidades que nos ocurren en nuestro día a día y que también pueden encontrar respuesta gracias a algunos experimentos científicos, como por ejemplo el que nos ocupa en este artículo: ¿qué sentido tiene que se nos arruguen los dedos cuando se mojan?

Seguro que a todos nos ha pasado en alguna ocasión cuando nos bañábamos en una piscina o simplemente después de estar algún tiempo lavando los platos… miramos nuestros dedos y comprobamos que la piel se nos ha quedado totalmente arrugada.

El motivo de esta reacción biológica no estaba muy claro, pero durante estos días se han hecho públicos los experimentos de un grupo de científicos de la Universidad de Newcastle que sugieren que los dedos arrugados mejoran ostensiblemente nuestro agarre de objetos mojados o bajo el agua.

Estas arrugas están causadas por la constricción de los vasos sanguíneos que tenemos bajo la piel y constituyen un proceso biológico que debería tener una función, es decir, nos debería dar alguna ventaja. Los resultados de los experimentos se han publicado en la Revista Biology Letters y afirman que esta ventaja consiste en una mejor manipulación de objetos húmedos.

Tom Smulders, uno de los biólogos que firman el artículo, compara estas arrugas con las huellas de un neumático que facilitan y hacen más eficaz el agarre en superficies mojadas.

El estudio contó con la participación de dos grupos de voluntarios a los que se pidió que manipularan diversas canicas de vidrio en un recipiente con agua, y pasarlas a través de un pequeño orificio. La diferencia fue que uno de los grupos realizó el experimento con las manos secas, mientras que el otro grupo, antes de coger las canicas, tuvo las manos inmersas en agua caliente durante 30 minutos para que se les arrugaran los dedos.

Los resultados no dejaron lugar a muchas dudas: El grupo de los dedos arrugados completaron las tareas con mayor rapidez y eficacia, que el grupo que tenía los dedos secos.

De este modo, la evolución podría haber jugado a favor de aquellos de nuestros antepasados que contaban con esta ventaja cuando recogían frutos y alimentos en ambientes húmedos, y no sólo en las manos, sino que estas arrugas en los pies también nos habrían ayudado a caminar con más firmeza y agarre sobre terrenos resbaladizos. Fuente

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