Esta tarde se reúnen en París los ministros de Economía del G-20
con vistas a preparar la cumbre de los países más ricos del mundo
que se celebrará a principios de noviembre en la ciudad francesa de
Cannes. Antes de la cita, que ha venido precedida de un almuerzo
entre el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el responsable
económico de su Gobierno, François Baroin, y su homólogo alemán,
Wolfgang Schäuble, la canciller Angela Merkel ha dado un aviso de
navegantes a quienes piden desde fuera de la eurozona más medidas
contra la crisis.
La dirigente alemana ha reclamado a "los que desde fuera de la
zona del euro siguen haciendo llamamientos para actuar contra la
crisis -en una clara referencia sobre todo para Estados Unidos, pero
también para el FMI o China, entre otros- que no "se niegan a la
creación de un impuesto sobre las transacciones financieras", tal y
como propone la Unión Europea con el objetivo de recaudar 57.000
millones de euros a partir de 2014, fecha prevista para que entre en
vigor.
No obstante, según ha advertido el presidente del Banco Central
Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, este tipo de tasa no tendrá
éxito a menos que sea global. En este sentido, el impuesto tiene
retractores dentro de la propia UE. Frente al acuerdo de Francia y
Alemania, que han sido sus precursores, la propuesta choca con Reino
Unido, temeroso de que su importante industria financiera huya de la
City londinense a países menos regulados. Dentro del G-20, si
bien Brasil o Japón la ven con buenos ojos, Estados Unidos y China
la rechazan.
Según ha explicado Merkel en un discurso en el congreso del
poderoso sindicato IG Metall en la ciudad de Karlsruhe, la prioridad
de la reunión del G-20 entre el 3 y el 4 de noviembre volverá a ser
"la regulación de los mercados financieros" y la situación de "los
bancos en riesgo sistémico". Está previsto y cada vez cobra más
fuerza que en la cita de Cannes se plantee un plan global de rescate
para dejar atrás los problemas de la eurozona pero que amenazan con
llevarse por delante el crecimiento del resto de grandes potencias.
Este plan incluirá un aumento de las pérdidas de la banca en la
deuda de Grecia superior al 21% pactado en la UE en julio, un
incremento de los niveles mínimos de capital para las entidades y
más potencia de fuego en los mecanismos de rescate con la
colaboración del Fondo Monetario Internacional.
Además, ya en clave europea, Merkel ha advertido de que la
propuesta de poner en marcha eurobonos para cubrir a los países con
problemas en los mercados de deuda por sus déficits excesivos no va
a funcionar como una "medicina milagrosa" para deja atrás las dudas
sobre la eurozona. Asimismo, ha insistido en que no se puede
descartar una quita de la deuda griega, aunque ha subrayado que
antes de adoptar cualquier decisión se han de analizar
cuidadosamente sus ventajas y desventajas. "Nada puede ser declarado
como impensable, pero todo debe ser analizado teniendo en cuenta
sus riesgos", ha añadido.
En una entrevista a la cadena estadounidense CNBC, el secretario
del Tesoro de EE UU, Timothy Geithner, ha respondido a Merkel.
"Europa se está moviendo para resolver el problema de la deuda",
aunque pese a ello es necesario que haya un "compromiso" para actuar
juntos y más "recursos", ha matizado. Además, sobre la propuesta que
se debatirá en Cannes para que el FMI se implique más en ayudar a
solucionar las turbulencias, Geithner se ha mostrado especialmente
interesado en ayudar a Europa a través del organismo que preside
Christine Lagarde. En cualquier caso, ha garantizado a los
contribuyente estadounidenses que no les costará ni un solo centavo
de dólar, informa Sandro Pozzi.
Además, el alto cargo estadounidense ha apoyado que se impongan
unos niveles de capital más duros a la banca y que, aunque el
crecimiento global sigue siendo débil, sus preocupaciones acerca de
una eventual recaída en la recesión se han reducido levemente.