CONSEJOS PARA NO ENGORDAR SI
COMES EN UN RESTAURANTE
Desayunas en el
trabajo, comes de menú, viajas y asistes a cenas y cócteles de
trabajo... Fritos, postres, pasteles, copas...
¡Uf! Ponerse a dieta parece imposible cuando se pasa la mayor parte
del tiempo fuera de casa. No desesperes, te damos las claves para
sortear con éxito cartas hipercalóricas, tentaciones a deshora y
cenas llenas de peligrosas delicatessen.
La clave: saber elegir bien
Comiendo a diario de restaurante es difícil
ponerse a dieta e incluso comer de forma equilibrada. En casa te
controlas y te preparas platos ligeros, pero fuera tienes que
enfrentarte cartas llenas de tentaciones; cuando no te ves obligada
a comer lo que haya en cócteles, aviones o comidas de trabajo.
No desesperes, la clave está en saber elegir bien y en desenmascarar
las trampas calóricas que se esconden en cartas, menús, aperitivos y
refrigerios. Además de tu línea, si no sabes comer fuera de casa
puedes poner en peligro tu salud. Para conseguirlo, sólo tienes que
seguir nuestros consejos.
Si comes de restaurante...
Lo primero es evitar el aperitivo y la tentadora
copa, a no ser que se trate de algún compromiso especial, en cuyo
caso puedes permitirte una de vino, sólo una. Lo mejor es no tomar
nada o agua mineral.
Lo segundo es elegir bien lo que vas a comer. Mejor que elijas dos
platos y evites el picoteo. De primero, algo ligero:
- verduras crudas, a la plancha o hervidas: espárragos, judías
verdes, setas, etc.
- ensalada mixta: aliñada con aceite, vinagre y sal
- gazpacho: sin picatostes de pan
- cremas de verduras
De segundo, ojo con las guarniciones:
- pescado a la plancha, al vapor o a la sal
- marisco cocido o a la plancha (sin mayonesa) y moluscos (almejas,
mejillones)
- carne a la plancha o cocinada sin grasa con verduras de guarnición
- pollo asado o a la plancha con verduras
- carpaccio (cuidado con el aceite)
Al aliñar las ensaladas no te pases con el aceite. En cuanto al pan:
no más de una rebanada o panecillo pequeño.
No puedo resistirme al postre
Sí puedes. En casa lo haces. Piensa que no te
habrá servido de nada controlarte durante la comida si siempre
terminas con tartas o súper helados.
Lo mejor es no tomar nada o terminar con una infusión endulzada con
sacarina. Pero si eres de las que sin postre parece que no han
comido, decántate por:
- fruta: también macedonia de frutas del bosque, naranja preparada o
fresas (sin nata)
- cuajada, yogur o requesón (puedes permitirte una cucharadita de
miel)
- zumo de naranja natural
Aperitivo y sobremesa
Suelen ser nefastos para tu
línea. En unos minutos puedes ingerir un montón de calorías sin
darte cuenta. Lo mejor es prescindir de ellos.
Si te ves inmersa en un aperitivo, evita el alcohol o, como mucho,
toma una copa de vino. Si te da corte tomar sólo agua, pide un
refresco ligth y haz que te dure. Respecto a la comida, olvídate de
los frutos secos, fritos, hojaldres, embutidos y de mojar pan. Si
tienes mucha hambre, lo mejor es:
- pepinillos, zanahorias o cebollitas en vinagre
- boquerones en vinagre
- gambas u otros mariscos (sin pasarte)
- berberechos, mejillones o moluscos
- salmón ahumado
- zanahorias o verduritas crudas (mejor sin la traicionera salsa de
queso)
Respecto a la sobremesa, prohibidos los licores y las copas, son
bombas de calorías de vacías. Tampoco piques con bombones,
pastelitos o pastas. Tu opción: té, infusiones con sacarina o café.
Ah¡ Y no se te ocurra juntar la comida con la merienda.
Si sólo hay fast food…
Aunque debes evitar al máximo este tipo de comida, puede que alguna
vez no te quede más remedio que comer en una hamburguesería o
establecimiento de comida rápida. Que no cunda el pánico: elige una
ensalada y agua mineral. Es mejor que te quedes con hambre y comas
algo más tarde a que caigas en la tentación del típico menú de fast
food. ¿Por qué ser tan radical? Pues porque en una sola comida
puedes ingerir más de la mitad de las calorías que necesitas en todo
el día.
Antes que un fast food entra siempre en un cafetería. Pide que te
preparen una ensalada o una carne a la plancha. Si no puede ser, un
bocadillo de jamón serrano, de atún o tortilla siempre es mejor que
una hamburguesa.
Fuente
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