Siempre nos ha gustado el bricolaje, es cierto, pero en los últimos años el boom “hazlo tú mismo” o “DIY” (del inglés, do it yourself) ha sido aún más impresionante. Sin duda, las redes sociales son aliadas de este movimiento. Solo basta con hacer una simple búsqueda en YouTube, Instagram o TikTok y encontrarás tutoriales para casi cualquier cosa que puedas imaginarte.
Si eres una de esas personas “manitas” sabes muy bien de lo que te hablo. Y también debes saber, por experiencia propia, que no siempre vale la pena aplicar siempre el DIY.
Ahora bien, si eres una persona curiosa, pero aún no te has metido de lleno en el universo del bricolaje, aquí tienes varios consejos para decidir qué renovaciones del hogar puedes comenzar sin ayuda y cuándo es mejor llamar a una persona profesional.
1- Analiza tu experiencia
Antes de hacer cualquier renovación sencilla, como pintar una pared, evalúa cuál es tu experiencia previa. Si la respuesta es ninguna, lo ideal es que busques apoyo, ya sea de especialistas en línea que te puedan orientar o de personas cercanas que te puedan echar una mano.
2- Evalúa el impacto estructural
No es lo mismo preparar una jardinera que instalar una ventana o tirar una pared. En el primer ejemplo estamos hablando de una tarea que no tiene impacto en la estructura de tu inmueble.
Ahora bien, si quieres realizar una renovación que puede tener un impacto estructural, debes tener muy claro cómo lidiar con las posibles consecuencias. Por ejemplo, si decides tirar una pared y no sabes lo que te encontrarás, puedes terminar dañando cañerías o el sistema eléctrico, lo que supondría un problema serio.
Así que estudia en detalle si la “mini obra” que quieres hacer es viable y no compromete el esqueleto de tu hogar.
3- Ten cuidado con la fontanería y electricidad
Como mencionamos en el punto previo, es posible que en una de tus aventuras DIY dañes alguna cañería o cables. En este tipo de situaciones, evita poner parches y llama a una persona profesional.
Este consejo también aplica cuando vas a realizar alguna tarea que tenga que ver específicamente con fontanería o con el sistema eléctrico. Claro, hay pequeñas tareas, como cambiar un grifo o la resistencia de un aparato eléctrico, que puedes hacer por cuenta propia.
Sin embargo, si se trata de algo más complejo, por ejemplo, la instalación de una persiana enrollable exterior automatizada, con mando a distancia o con interruptor, llama a un profesional para evitar dolores de cabeza. Es mejor que ahorres buscando ofertas con proveedores que colaboren con equipos de montaje, como Domondo, a querer ahorrar en la instalación y terminar pagando caro los errores.
4- Prepara una lista de lo que necesitarás
La preparación es crucial para realizar cualquier trabajo DIY. Revisa el paso a paso del proyecto y haz una lista detallada de todo lo que vas a necesitar para ejecutarlo: herramientas y materiales.
Además, siempre es mejor cubrirse las espaldas y tener un poco de material extra, en especial, el que a veces no podemos calcular con exactitud, como clavos o cola.
5- Elabora un cronograma de realización
Si estás embarcándote en un proyecto que tiene varias etapas y que te llevará varios días, es interesante contar con un cronograma de realización y tener en cuenta qué imprevistos podrían influir en la ejecución del proyecto.
Imaginemos que quieres renovar tu jardín. Ver los resultados de un proyecto de paisajismo te llevará un tiempo. No solo porque cada planta tiene su ciclo, sino también porque los proyectos al aire libre se enfrentan a los fenómenos climáticos, como la lluvia y el viento.
Si piensas construir un armario o depósito para tus herramientas, empieza por ahí. Es muy importante no dejar las cosas a la intemperie, a menos que sea necesario dentro del proyecto. Por ejemplo, si recuperas maderas de una obra, es probable que necesites tratarlas antes de usarlas para crear un sendero o un cantero. En ese caso, deberás asegurarte de hacerlo en una temporada en la que podrán secarse bien.