Lo que debía ser un rutinario desahucio judicial concluyó ayer a
mediodía con cinco muertos en la ciudad alemana de
Karlsruhe, en el sur
del país. Sobre las nueve de la mañana se presentaron un agente
judicial y un cerrajero
para ejecutar el desahucio
de una vivienda, cuyo
inquilino se resistía al desalojo.
El hombre era un cazador y estaba armado, presuntamente con
escopeta de caza, y tomó acto seguido como rehenes al agente, al
cerrajero y al futuro nuevo inquilino de la vivienda, también
presente en el lugar. Sobre las 12,30 el grupo de operaciones
especiales de la policía intervino para reducir al cazador y se
encontró rastros de incendio en la vivienda y "tres o cuatro
muertos" en ella, según un portavoz local de la policía. Entre los
muertos se encuentra el autor de los disparos, que presuntamente se
suicidó.
Más tarde se añadió a las víctimas una mujer que murió por las
heridas recibidas durante el tiroteo. La policía cree que podría
tratarse de la compañera sentimental del autor de los hechos. Todos
los cadáveres presentaban heridas de bala.
"Todavía es todo bastante confuso", dijo el portavoz policial, quien
avanzó que en unas horas se informará sobre lo sucedido en una rueda
de prensa.
Un testigo presencial de los hechos señaló poco después de iniciarse
el tiroteo haber visto al menos un muerto y comentó que el autor de
los disparos era una persona violenta.
Nada mas iniciarse el drama, la policía procedió a acordonar la
zona y evacuó dos colegios y una guardería cercanos al edificio de
la vivienda del desahuciado. La policía realizó además un gran
despliegue de medios con helicópteros y unidades del Comando de
Operaciones Especiales (SEK), que procedió finalmente al asalto de
la vivienda.