Además, Oliveira, natural del municipio de
Campo Grande, había tenido 17
vástagos con su primera mujer.
Tras la muerte de esta, Oliveira se unió a
Maria Francisca da Silva, que ahora tiene 65 años, quien le
ayudó en la crianza de los menores y con la que
tuvo otros 17 hijos.
La hermana de Maria Francisca y cuñada del campesino, Ozelita,
solía frecuentar la vivienda conyugal para colaborar en las tareas
domésticas y comenzó a mantener relaciones íntimas también con
Oliveira, fruto de las cuales nacieron
otros 15 niños.
A la peculiar situación se sumó la madre de ambas mujeres,
Francisca Maria, de 89 años en la actualidad, con quien
Oliveira tiene otro descendiente.
"Lo que mejor hizo Dios en el mundo fue la mujer", declaró el
anciano que, además de los 50 hijos -aunque no todos lograron
sobrevivir-, tiene 100 nietos y 30
bisnietos.
Oliveira dio a entender que puede tener más descendientes "por
ahí" de los que no tiene conocimiento, porque
siempre le gustó la compañía
femenina.
"No sé decir el nombre de todo el mundo, pero sé que tengo muchos
hijos, nietos y bisnietos esparcidos", agregó Oliveira, quien tiene
repartida entre dos viviendas
a su numerosa familia.
A pesar de su avanzada edad, Oliveira, que no fuma ni bebe desde
hace 40 años, goza de una salud
envidiable, no siente molestias ni dolores y asegura echar
de menos sus días de labranza en la huerta y de conquistador fuera
del campo.