Para muchos, Kim Jong-un es un dictador sanguinario, pero para Dennis Rodman es un «amigo para toda la vida» al que por su cumpleaños el miércoles, 08 de enero, le va a regalar un partido de baloncesto con otros ex jugadores de la NBA.
El sábado, 04 de enero, Rodman dio la lista de jugadores a los que ha convencido para viajar a Pyongyang, la capital de la hermética y enigmática Corea del Norte, para homenajear al «líder supremo», enemigo indisimulado de Estados Unidos. Kenny Anderson, Cliff Robinson, Vin Baker y Craig Hodges, entre otros, ayudarán al controvertido Rodman, de 52 años, a seguir adelante con lo que el «Gusano» ha llamado la «diplomacia del baloncesto». «(A Kim Jong-un) Le encanta el baloncesto. Yo le dije que a (Barack) Obama (presidente de Estados Unidos) le encanta el baloncesto.
Vamos a empezar por ahí», dijo Rodman a la cadena ABC poco después de su primera visita al país comunista, en febrero del año pasado. «(Kim) Quiere que Obama haga una cosa: que lo llame», reveló el excéntrico Rodman, que departió con el líder de Corea del Norte.
Kim se hizo con el poder en 2011 en sustitución de su padre Kim Jong Il, quien en una ocasión dijo que admiraba a Michael Jordan. Rodman viajó junto a los Harlem Globetrotters para una serie documental de la cadena HBO. Fue una visita reveladora: percibió la pasión del país por el baloncesto, comenzó una amistad y vio las posibilidades de abrir una vía «diplomática». «Mis viajes anteriores me han permitido percibir el entusiasmo y el calor de los fans», citan a Rodman hoy los medios estadounidenses.
El partido es un regalo de cumpleaños que fortalecerá la relación entre la extraña pareja. El acceso que Rodman dice tener a Kim sorprende por lo insondable que es el líder norcoreano. Según relató al diario británico «The Guardian» en septiembre, Rodman ha tenido en sus brazos a Ju-ae, la hija de Kim y de Ri Sol-ju, con los que pasó unos días en la playa.
El contraste entre ambos no puede ser mayor. Tanto como jugador como ahora, Rodman destacó por sus piercings, tatuajes, sus parejas famosas y sus excentricidades, que nunca eclipsaron sin embargo los cinco títulos de campeón de la NBA y los siete premios de máximo reboteador. En los ’90, los años de brillo de Rodman en la NBA, Kim estudiaba en un internado suizo y vivía rodeado de occidentales. Una de sus grandes aficiones era el baloncesto.
Pese a sus buenas intenciones, Rodman no parece estar ablandando corazones. Al menos en Washington. «Tenemos al régimen (norcoreano) gastando el dinero en vino y cena con visitantes extranjeros cuando deberían estar alimentando a su pueblo», dijo en marzo Patrick Ventrell, portavoz del Departamento de Estado norteamericano.
Ambos países siguen técnicamente en guerra después de que se enfrentaran en bandos opuestos en la Guerra de Corea, que acabó tras tres años de batalla en una tregua en 1953. La reciente ejecución del tío de Kim, Jang Song Thaek, segundo en la línea de poder tras su sobrino, fue también duramente condenada por Estados Unidos.
«Otro ejemplo de la extrema brutalidad del régimen de Corea del Norte», dijo Ventrell. «Es mi amigo, pero no apruebo lo que hace», afirmó Rodman tras su primer viaje sobre las denuncias de violaciones de los derechos humanos contra el régimen de Kim, sobre las que el ex jugador guarda silencio.
Rodman dejó a un lado la ejecución del tío de Kim, pero la casa irlandesa de apuestas Paddy Power se desmarcó del partido de exhibición que iba a patrocinar al darse cuenta que era una decisión «errónea».
Rodman opone el baloncesto a las amenazas, el silencio y las sanciones, decidido como está a «ser la persona más famosa del mundo» por conseguir acercar a ambos países. Sea o no por Rodman y el baloncesto, el estadounidense Merrill Newman, que había sido condenado a 15 años de prisión por Pyongyang, fue liberado en diciembre. Fuente: ElComercio