1 . No hay quinto maloEs el quinto debate
emitido a través de los
medios entre
los dos candidatos más importantes. El primero se produjo hace ya 18
años, en 1993, entre Aznar y González, que repitieron varios días
más tarde. Desde entonces, una travesía por el desierto hasta que
Zapatero
y Rajoy desempolvaron el recuerdo en 2008 con otros dos
debates.
Es también el tercero moderado por Manuel Campo Vidal, que podrá
presumir de ser testigo de los tres ‘cara a cara’.
2. Un presupuesto controvertido
Ha sido uno de los temas más comentados; los
costes del acontecimiento ascenderán hasta los 540.000 euros
aproximadamente, comparados con los 945.000 de los dos
enfrentamientos del 2008. Del presupuesto global se desglosan 91.000
euros para la seguridad y el aparcamiento del Palacio de Congresos,
80.000 para el decorado, que incluye gradas para fotógrafos, cámaras
y el photocall, y 70.000 euros para las dos unidades móviles que
realizarán el debate
La partida más polémica es la del servicio de
catering, que costará 20.000 euros, nada más y nada menos,
disponible para periodistas e invitados.
Estas cifras contrastan, paradójicamente, con lo que va a ganar
Manuel Campo Vidal: 0 euros. Tanto él, como el realizador y otros
100 académicos se han prestado a trabajar voluntariamente sin
recibir nada a cambio. Sí cobrarán, en cambio, los encargados de
medir el tiempo. Como ocurriera en 2008, serán dos árbitros de
baloncesto, que recibirán 1.700 euros por su trabajo.
3. Rajoy, a por la primera
Rajoy tiene la oportunidad de ganar su primer debate televisado.
El popular quiere sacarse la espina después de perder sus dos duelos
frente a
Zapatero
hace 3 años. Si a eso le sumamos las victorias del ya casi ex
presidente del gobierno en los Debates del Estado de la Nación y la
experiencia política de Rubalcaba, Rajoy tiene motivos para
preocuparse, pero puede jugar con dos bazas importantes: Rubalcaba
se estrena y va muy por debajo en las encuestas.
4. Expectación máximaHay más de 650
periodistas acreditados, tanto nacionales como internacionales.
Entre ellos, la cadena italiana Sky TG24 que, al igual que Yahoo!
dará en directo el debate aunque, evidentemente, lo presentará con
traductores simultáneos para superar las barreras presentes entre
las dos lenguas
5. Prácticamente solos
Rubalcaba y Rajoy se enfrentarán prácticamente solos ante el
peligro. Para que se sientan cómodos, la Academia de Televisión ha
habilitado una sala prácticamente vacía, con un silencio
espectacular, en la que únicamente estarán los dos protagonistas, el
moderador, dos regidores y los cámaras. No habrá, por tanto, ayudas
ni distracciones externas. Los candidatos llegarán, eso sí, bien
acompañados: Rajoy aparecerá con la responsable de la campaña del PP,
Ana Mato, así como con su vicesecretario de Comunicación, Esteban
González Pons. A Rubalcaba, en cambio, le valdrá con el apoyo de su
número dos, Elena Valenciano.
6. Dos horas de discusión
La suerte ha querido que Rajoy comience el
duelo,
mientras que Rubalcaba será el encargado de cerrarlo. Habrá tres
bloques: uno para la economía y el empleo, otro para las políticas
sociales y un tercero para democracia, seguridad y política
exterior. En total, dos horas de discusión, con una pausa intermedia
de 10 minutos. Este año, además, el sistema de contabilización del
tiempo: mientras que en pasados debates había tiempos tasados, esta
vez cada uno tendrá un total determinado que podrá gestionarlo como
quiera, como ocurre en EE.UU.
7. Las redes sociales entran en escena
Son, sin duda, la novedad más
característica que rodea al debate. Inexistentes en anteriores
ocasiones, entran en acción con toda la fuerza del mundo. Rajoy y
Rubalcaba lo saben, de ahí que se les hayan prestado su atención
correspondiente. De hecho, Rubalcaba creó en julio su cuenta de
Twitter, mientras que el candidato del PP comenzó su andadura en
septiembre. A pesar de llegar más tarde, Rajoy ha conseguido generar
una cuota de comentarios mucho mayor que su adversario, superándole
en tan solo cuatro días. Para contrarrestarlo, Rubalcaba no ha
querido perder su baza, de ahí que haya pedido a sus seguidores de
la red social que le aconsejen 24 horas antes del debate. Nadie
duda, además, de que mientras se produce el duelo, Twitter generará
un polvorín de comentarios que supondrán un buen termómetro del
marcador y dejarán una buena resaca durante toda la semana.