CONOCE EL MUSEO DE CARLOS SLIM
Desde hace dos años, al magnate mexicano Carlos Slim se
le suele colocar, como si se tratase de su segundo apellido, el
título nobiliario que concede la revista Forbes: "El hombre más rico
del mundo". Pero desde mucho antes, prácticamente desde que se casó
en 1966 con Soumaya Domit, Carlos Slim (México, 1940) empezó a
coleccionar arte: "Fue durante nuestra luna de miel por Europa. Mi
esposa siempre fue muy sensible al arte. Yo contribuí a aquella
pasión comprando una colección importante de arte colonial mexicano.
Y después me di cuenta de que en México no había museos con arte
internacional. Principalmente había arte prehispánico, colonial y
mexicano. Así que empecé a comprar arte europeo, que en aquel
entonces era muy asequible, no tan caro como ahora".
Su pinacoteca fue creciendo al ritmo de su imperio. Una
Inmaculada de Murillo, una sociedad de inversión, un apóstol de El
Greco, una explotación minera... Ahora, como si quisiera apresar en
una sola plaza de la ciudad de México toda una vida de éxito, Carlos
Slim acaba de inaugurar un complejo en el que, junto a dos torres
corporativas y dos bloques de apartamentos, brilla un moderno
edificio en cuyo interior se dan la mano Salvador Dalí y Auguste
Rodin vigilados muy de cerca por Diego Rivera y Rufino Tamayo. Su
nombre, museo Soumaya, en memoria de quien ya no está pero inspiró
una colección que ya supera las 60.000 piezas.
Lo primero que llama la atención son los destellos de luz que
desprende el museo. Sobre un solar del barrio de Polanco, el
ingeniero Slim encargó al arquitecto Fernando Romero -su yerno- que
levantara un edificio que no dejara indiferente a nadie. Y a fe que
lo ha conseguido. El museo, sostenido por 28 columnas de acero de
diferentes diámetros, consta de seis plantas, pero solo en la
última, diáfana, penetra la luz natural. El resto está protegido por
17.000 paneles hexagonales que reflejan los rayos solares y que,
según el arquitecto, "evocan a la colmena y al trabajo en familia".
La factura: más de 563 millones de euros.
Lo siguiente que llama poderosamente la atención es el aparente
desorden en el que se muestra la obra. Picasso, Rubens, Rodin, El
Greco, Van Gogh, Monet, Cézanne, Renoir, Matisse, Brueghel, Tiziano
o Leonardo da Vinci -por citar solo a unos cuantos- comparten
espacio con una colección de monedas y medallas al mérito civil del
Segundo Imperio mexicano, con un mural de Diego Rivera o con un
traje largo del diseñador Alexander McQueen. Sin embargo, y según el
director del museo, Alfonso Miranda, tal promiscuidad tiene una
razón de ser: "La colección del ingeniero Slim es tan extensa que
teníamos la oportunidad de establecer analogías, puentes de
comunicación entre la historia del arte en México y la historia del
arte en Occidente. Es entrecruzar los fondos de manera arriesgada,
como lo es el mismo edificio. En una misma sala tenemos a los
antiguos maestros europeos con nuestros antiguos maestros
novohispanos. Es una apuesta, nuestra apuesta. Por poner un ejemplo,
hemos colocado una Inmaculada de Murillo junto a un anónimo
novohispano que representa también a la Inmaculada Concepción. Y ahí
está, por poner otro ejemplo, el atrevimiento de enfrentar en la
última planta la obra de Dalí a la de Rodin...". Slim, por cierto,
posee la segunda colección más importante del mundo del escultor
Auguste Rodin.
Precisamente, una de las versiones de El pensador da la
bienvenida a los visitantes del nuevo museo Soumaya. Junto a ella,
el presidente de México, Felipe Calderón, destacó durante la
inauguración que el nuevo museo "coloca a México en la vanguardia
del mundo de la cultura". Además del presidente, al acto asistieron
el premio Nobel Gabriel García Márquez y el periodista
estadounidense Larry King. Desde los años setenta a principios del
siglo XXI, el rey de las telecomunicaciones consiguió hacerse con
una de las colecciones de arte más grandes del mundo.
Durante los últimos años, su tremendo fondo de armario fue
suficiente para tener en danza por el mundo 40 muestras itinerantes,
además de para cambiar cada tres meses las exposiciones del primer
museo Soumaya, ubicado al sur de la ciudad de México. Desde esta
semana, los mexicanos pueden visitar de forma gratuita tal derroche
de belleza y, de paso, visitar el nuevo centro comercial del barrio
de Polanco. Allí pueden tomarse un café en Sanborns o contratar un
plan para su teléfono móvil en las oficinas de Telcel, dos de las
empresas que contribuyen día a día a que la fortuna del ingeniero
alcance la nada despreciable cifra de 37.670 millones de euros.
Porque, como bien constata la revista Forbes desde hace dos
años, no solo de arte vive el hombre... más rico del mundo. Fuente
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