EL HOMBRE QUE MAS
DINERO GANA EN EL MUNDO
Carlos Slim se está acercando
rápidamente a Bill Gates y Warren Buffett con una cuantiosa fortuna
que creció en u$s19.000 millones el año pasado
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Slim concretó de este modo el mayor
aumento de riqueza personal en la década pasada según cálculos de la
revista Forbes.
Desde que Slim adquirió el monopolio telefónico en una privatización
en 1991, ha usado Telmex como una caja registradora para erigir un
imperio que incluye la mayor compañía de telefonía móvil en
Latinoamérica; la provisión de servicios bancarios, de corretaje y
de internet; la venta de seguros y equipos para la industria
petrolera, y el manejo de negocios minoristas y restaurantes.
Para muchos mexicanos, que hacen más rico a Slim con casi todos sus
llamados telefónicos o compras en las tiendas, su ascenso demuestra
que los empresarios de su país pueden manejar compañías de nivel
mundial. Se le acredita orgullosamente haber convertido Telmex _en
el pasado notoria por demorar meses o años para instalar una línea
telefónica_ en una operación moderna y profesional.
Pero también ha mantenido altas las tarifas telefónicas en un país
donde el salario mínimo es de unos 50 centavos la hora, y su éxito
inspira resentimiento entre los mexicanos a quienes les disgusta la
concentración de riqueza en manos de la relativamente diminuta elite
nacional.
"¿Por qué habríamos de querer que unas pocas personas acaparen toda
la riqueza si la mayoría de los mexicanos no tiene lo suficiente
para comer y 30 millones de mexicanos viven con menos de 22 pesos (2
dólares) diarios?", se preguntó el ex candidato presidencial
izquierdista Andrés Manuel López Obrador después que Slim trepó al
tercer lugar en la lista de multimillonarios de Forbes anunciada la
semana pasada.
Con una fortuna calculada en 49.000 millones de dólares, Slim, de 67
años, es el hijo de un libanés que se hizo de una pequeña fortuna
familiar como comerciante.
Teléfonos de México SA controla más del 90% de las líneas
telefónicas fijas de la nación y tuvo ingresos de 15.900 millones de
dólares en el 2006. Su América Móvil SA controla un 70% del servicio
de teléfonos celulares en México y recibió 21.600 millones.
Los comensales en los omnipresentes restaurantes Sanborns, de Slim,
pueden usar el servicio inalámbrico de Slim para conectarse con el
proveedor de internet de Slim y controlar sus portafolios por medio
de los corretajes de Slim, parte del Grupo Financiero Inbursa... de
Slim. Cuando los mexicanos hacen sus operaciones bancarias en línea,
pueden pagar sus cuentas a la empresa de seguros automovilísticos de
Slim o las cuentas de tarjetas de crédito de los comercios
minoristas de Slim, entre ellos Sears México y la cadena de discos
Mixup.
Es una situación que no resulta inusual en México, donde los
negocios que van desde las cerveceras hasta el cemento pasando por
la televisión están concentrados en unas pocas manos. Como
consecuencia, los mexicanos pagan más que en otras naciones más
acaudaladas por servicios como electricidad, telefonía y servicios
bancarios.
El nuevo presidente Felipe Calderón ha prometido combatir las
prácticas monopólicas, pero los esfuerzos en tal sentido en el
pasado han sido frustrados por la arraigada elite mexicana.
Slim enfrenta un desafío potencial en el sector de
telecomunicaciones de la cadena Televisa, que controla un 70% del
mercado mexicano y busca extender su dominio en los sistemas
emergentes de comunicaciones que integran transmisiones de teléfono,
televisión e internet.
"Esto podría ser un factor desestabilizador. Podría reacomodar las
piezas en el tablero de ajedrez", comentó Celso Garrido, un profesor
de economía en la Universidad Nacional Autónoma en México.
Pero aun en ese terreno, Slim puede resultar beneficiado: su fortuna
incluye acciones en Televisa y uno de sus hijos ocupa una banca en
el directorio de Televisa.
Slim está encaminado a alcanzar a los dos estadounidenses que
lideran la lista de los multimillonarios, particularmente porque
Buffett (52.000 millones de dólares), que hizo su fortuna manejando
el fondo de inversiones Berkshire Hathaway Inc., y Gates (56.000
millones), que fundó Microsoft Corp., están más enfocados en estos
días en donar su dinero.
Gates, que estableció la mayor fundación benéfica en el mundo,
afirma que "una gran riqueza conlleva una gran responsabilidad, la
de devolver a la sociedad". Buffett se le sumó el año pasado cuando
prometió donar todos los años 1.500 millones de dólares a la
Fundación Bill & Melinda Gates, que tiene una dotación de 33.000
millones de dólares.
El lunes, Slim anunció que invertirá en el cuidado de la salud y que
lanzará un programa para suministrar computadoras de bajo costo a
los residentes rurales. Telmex ya patrocina una fundación de caridad
que apoya programas educativos y sociales en México, y las
inversiones del multimillonario en bienes raíces ha conducido a una
renovación urbana en el centro de la capital mexicana.
Slim dijo que sus fundaciones de beneficencia están dotadas de unos
4.000 millones de dólares.
Pero a los 67 años sigue expandiendo un imperio cada vez más
diversificado que incluye ahora a sus tres hijos y no parece
decidido a enfocarse en la filantropía. El lunes dijo que los
empresarios no deberían "andar como Santa Claus".
"Los empresarios por su experiencia, por su vocación y por su
talento son personas que deben participar más en resolver los
problemas... Deben hacer más que dar", dijo en una conferencia de
prensa.
Los multimillonarios latinoamericanos _hay otros diez en México_ no
tienen antecedentes de caridad comparables a los de Buffett o Gates,
en parte por motivos históricos y en parte debido a que las leyes
impositivas de la región no estimulan las donaciones como en Estados
Unidos.
"No es que falte buena voluntad, sino que aquí ha sido habitual
considerar los programas sociales como un deber del gobierno",
explicó Manuel Arango, un fundador del Centro Mexicano para la
Filantropía.
Los críticos de Slim dicen que podría hacer más por los mexicanos
reduciendo los precios al consumidor que haciendo donaciones de
caridad.
Un informe en el 2005 de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos halló que las tarifas telefónicas mexicanas
eran las más caras en el grupo de 30 miembros de las naciones
desarrolladas, aunque Telmex cuestiona la metodología del estudio.
"No es tanto que esté erigiendo una fortuna", comentó el economista
Jonathan Heath, basado en México DF. "Lo malo es que está sumando
más con sus monopolios, está recibiendo rentas monopólicas, y por
eso está podrido en plata".
Fuente
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