Al comienzo, los síntomas de la bronquiolitis pueden parecerse a los síntomas del resfriado común. Su niño probablemente tendrá la nariz con mucha mucosidad y fiebre baja durante dos a tres días. Luego, es probable que su niño comience a toser, a respirar rápido y a tener sibilancias (hacer un sonido como un silbido de tono alto al respirar) durante otros dos o tres días más.

Hay ciertas cosas que usted puede hacer cuando su niño tiene bronquiolitis:

Llame a su médico si:

Si la piel de su niño se le pone de un color violáceo, especialmente alrededor de los ojos o de las puntas de los dedos éste puede ser un signo de que el niño no está recibiendo suficiente oxígeno. Busque atención médica o diríjase a una sala de urgencias (emergencia) enseguida.

Su médico examinará al niño buscando signos de deshidratación; es decir de no tener suficientes líquidos en el cuerpo. El médico también querrá ver si su niño está recibiendo suficiente oxígeno y le hará una evaluación para ver si su niño tiene neumonía. A veces, los médicos les dan a los niños un medicamento líquido para aliviar la tos. El médico puede querer volver a ver a su niño nuevamente en 24 horas.

Si a su niño le está costando demasiado trabajo respirar, el médico puede sugerir internarlo en el hospital. Mientras está en el hospital su niño podrá recibir más oxígeno. Su niño también puede recibir líquidos adicionales a través de las venas (líquidos intravenosos), los cuales le ayudarán a prevenir la deshidratación.

La bronquiolitis se propaga del mismo modo que un resfriado, a través del contacto directo con saliva o moco, pero los niños mayores usualmente no se enferman tanto como los más pequeños.

Usted puede ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad dejando a su niño en casa hasta que él casi se haya curado de la tos. Asegúrese de lavarse las manos después de que se ocupa de su niño enfermo para evitar que el virus se propague a los demás.