En la imagen del
5008 se ha perseguido a
conciencia mantener la silueta
clásica de un monovolumen pero sin renunciar a un ejercicio
de estilo atrevido merced a trazos rectilíneos que le proporcionan
mucha personalidad. Este vehículo mide 4,53 m de longitud, 1,84 m de
ancho y 1,65 m de alto. Es más corto que muchos de sus rivales
directos lo que se traduce, como veremos posteriormente, en un
espacio para las piernas en la segunda y la tercera fila de asientos
(esta última es opcional, por 610 €) reducido.
En la parte frontal, destacan
un capó muy inclinado y unos grupos
ópticos muy perfilados que remarcan esas líneas fluidas y
rectas a las que hacíamos referencia. Esta cuestión no influye tan
sólo en el apartado estético, sino que incide directamente en el
aspecto aerodinámico puesto que el 5008 atesora un Cx de sólo 0,29,
el récord de la categoría (compartido con el Toyota Verso, que posee
un coeficiente idéntico).
Otro de los aspectos que destaca por
encima de todo radica en la gran superficie acristalada de la que
hace gala el vehículo; en total es de 5,77 m², de los cuales 1,70 m²
corresponden al parabrisas y 1,69 m² al techo de cristal. En la
vista lateral sobresale el perfil cromado que recorre toda esta
superficie, junto con una gran
nervadura a la altura de los estribos y un marcado paso de
rueda trasero. Finalmente, en la zaga, son los pilotos traseros los
que aportan ese toque de distinción, con un original diseño que le
proporciona mucho carácter al conjunto.
Percepción de calidad
Los franceses han hecho un gran
esfuerzo por mejorar la calidad de sus interiores y
han cuidado muchos detalles en el
5008. Sin llegar a la nobleza exhibida por las marcas
premium, los materiales son más robustos, tienen mejor aspecto y la
sensación general que se percibe es ahora sensiblemente mejor que la
que encontramos en otros modelos de Peugeot más o menos recientes.
El salpicadero es de un material
blando mullido y los plásticos empleados son agradables a la vista.
Por su parte, muchas zonas cuentan con revestimientos que evidencian
estar un pasito por encima (además, en el acabado más alto, también
abundan los cromados). La consola central, orientada ligeramente
hacia el conductor, acapara casi todos los mandos.
Su manejo puede desconcertarnos
al principio puesto que éstos no resultan muy intuitivos. Otro de
los puntos a destacar es la gran cantidad de huecos y lugares
disponibles para colocar objetos en forma de cajones bajo el suelo,
guanteras y pequeños compartimentos.
Espacio y maletero
El 5008 está concebido para albergar
5 plazas, aunque como decíamos unas líneas más arriba, opcionalmente
podemos añadir una tercera fila de asientos (la configuración es el
clásico 2+3+2) que se puede recoger bajo el piso del maletero. Así,
la capacidad del mismo no se ve
afectada si los llevamos plegados. Una capacidad que oscila
entre 579 y 679 litros, según estén colocados los asientos de la
segunda fila, ya que éstos se pueden desplazar longitudinalmente
unos 13 cm. Excepto la del conductor, todas las plazas pueden
plegarse o abatirse por completo, con lo que conseguimos una
superficie de carga considerable.
Encontrar una postura ideal en el
puesto de conducción es muy fácil de conseguir gracias a los
múltiples y amplios reglajes que permite el volante y el asiento.
Vamos sentados lejos del suelo (tenemos así muy buena visibilidad)
aunque según Peugeot, si se tiene en cuenta el ángulo en el que
queda el volante (idéntico al del 308)
la sensación es muy similar a la de
ir sentado en un turismo.
Cuesta un poco acostumbrarse a
nuestra situación a los mandos en los primeros compases porque queda
mucho espacio libre entre el salpicadero y el parabrisas, algo que
puede hacer sentir incómodo a algunos conductores. Sin embargo, esta
peculiar distribución potencia la
enorme sensación de amplitud que proporciona el habitáculo,
que pese a no ser realmente espacioso (en la segunda fila de
asientos el espacio para las piernas también me parece insuficiente)
“engaña” visualmente. La gran superficie acristalada a la que
hacíamos referencia también contribuye claramente a ello.
Mecánica, consumo y sensaciones al
volante
El 5008 se puede adquirir con 4
motorizaciones, dos gasolina (1.6 VTi de 120 CV y 1.6 THP de 156 CV)
y dos diésel (1.6 HDI de 110 CV y 2.0 HDI de 150 CV). Todas las
mecánicas son de sobra conocidas y se montan también en otros muchos
modelos del grupo PSA. Nosotros hemos probado el
motor diésel más potente
(que pasa de 150 a 163 caballos en el caso de sustituir
opcionalmente la transmisión manual de serie de 6 velocidades por un
cambio automático de convertidor de par también de 6 relaciones).
Este propulsor destaca por su baja
rumorosidad y su suavidad de funcionamiento. Apenas se percibe ruido
en el habitáculo y las vibraciones a ralentí, comparando con motores
de similares características y potencia, son realmente bajas.
La respuesta al pisar el acelerador
es correcta en todo momento y mueve con mucha soltura los
1.638 kilos del vehículo. Por ponerle alguna pega, no es conveniente
dejarlo caer demasiado de vueltas porque en la zona baja del
tacómetro, hasta la entrada palpable del turbo (a unas 1.500 rpm),
le cuesta un poco “empujar” con fuerza.
A partir de ese rango de giro ninguna
pega; es posible adelantar en casi cualquier marcha y prácticamente
siempre disponemos de una reserva de potencia considerable para
afrontar desniveles o pendientes pronunciadas. Además, otra de las
grandes virtudes de esta mecánica es su moderado consumo. El gasto
de combustible durante nuestra prueba fue muy contenido con una
media de 6,4 litros en nuestro recorrido, realizado fundamentalmente
por autopista y trayectos cortos sin tráfico en ciudad. El
fabricante homologa 5,9 en ciclo
mixto.
Del comportamiento de este
monovolumen sobresale por encima de todo por su agilidad y el tacto
de su dirección. Esta es su gran
baza frente a algunos de sus rivales directos que son
sensiblemente más cómodos de suspensión pero menos capaces en
carretera a ritmo elevado. El 5008 tiene una conducta ejemplar y
muestra un aplomo envidiable; la carrocería balancea y cabecea mucho
menos que en otros modelos del segmento.
Aunque es cierto que comparte
estructura y la mayoría de los elementos mecánicos y motorizaciones
con el Citroën Grand C4 Picasso, su comportamiento en carretera
difiere notablemente. Hay que decir que la plataforma del 5008
es una evolución de la del Citroën
con modificaciones en el tren delantero (se ha incorporado la
suspensión del 3008) y trasero (se ha aumentado el ancho de la vía).
Pese a que la suspensión del Peugeot me ha parecido un tanto firme
en algunas ocasiones, el paso de los kilómetros es llevadero.
Detalles premium
Y si su tacto más preciso y directo
en carretera (aunque también un poco menos cómodo) es una de sus
características diferenciadoras frente a sus competidores directos,
la gran cantidad de elementos de equipamiento que puede incorporar
propios de otros segmentos (o de marcas consideradas Premium) es
otra de sus grandes armas a destacar.
Entre algunas innovaciones, llama la
atención el sistema de proyección de datos en el parabrisas (Head Up
Display) que permite ver la velocidad y distintas alertas como la
distancia al coche que nos precede. Todo ello no se proyecta
directamente en el parabrisas (al estilo de marcas como BMW) sino en
una tecnológica lámina translucida
que surge del salpicadero. Un proceso que deja a muchos sorprendidos
positivamente (la mayoría preguntan boquiabiertos: “¿!pero esto es
un Peugeot!?”).
Otro aspecto muy interesante es el
dispositivo de ayuda que mide la plaza disponible para aparcar. Dos
sensores situados a ambos lados de parachoques delantero informan en
el cuadro de instrumentos si cabe el coche en el hueco libre (el
sistema calcula dejando 30 cm por delante y por detrás). También hay
que destacar el denominado 'Snow
Motion', una función del control de tracción que según la
firma permite al conductor ponerse en marcha y rodar de manera
eficaz en carreteras nevadas (estamos en verano, así que lógicamente
no hemos podido comprobarlo).
Por último, en el apartado de
entrenamiento y multimedia la cosa tampoco se queda atrás. Por 600
€, podremos contar con un pack de
vídeo compuesto por dos pantallas de 7'', dos cascos
bluetooth y la pre-instalación del equipo de video para que puedan
disfrutar de lo lindo en la 2ª fila de asientos.
Equipamiento y precio
El 5008 está disponible con tres
acabados denominados Confort, Premium y Sport Pack. Entre otras
muchas cosas, todos llevan de serie aire acondicionado, 6 airbags,
equipo de radio CD mp3 y volante forrado en cuero de tres radios con
mandos para controlar el sistema de
sonido. La terminación Premium añade faros antiniebla,
elevalunas eléctricos, cajones bajo los asientos de la 2ª fila y
sensores de aparcamiento trasero, por citar algunos de los elementos
más interesantes. Finalmente, el acabado más alto, correspondiente
cómo no al de nuestra unidad de pruebas, suma las llantas de
aleación de 17”, el techo panorámico de cristal, el climatizador
bizona o el mencionado Head-up Display.
Existen algunas opciones
recomendables como el Pack Visión
por 920 € (faros de xenón + faros Direccionales + lavafaros),
el sistema de navegación con disco duro y lector de DVD (1.070 €) o
el pack de sonido de alta fidelidad firmado por JBL (510 €).
El precio inicial del 5008 con la
motorización diésel básica y el acabado más bajo
arranca en 22.030 €. El desembolso a realizar por la
versión que probamos (2.0 HDI 150 CV Sport Pack) comienza en 28.540
€. Con todos los extras de nuestra unidad de pruebas el coste total
asciende a más de 33.000 €.
Resumen
Con el 5008 Peugeot ha introducido
por fin un monovolumen de los pies a la cabeza en el mercado.
Versátil y con un diseño muy
atractivo es más caro que muchos de sus competidores
directos (por ejemplo cuesta unos 2.000 € más a igual de motor y
equipamiento que su “hermano” el Grand C4 Picasso) pero a cambio
ofrece un tacto de conducción más conseguido y, sobre todo, una gran
cantidad de equipamiento “tecnológico”, con numerosos elementos y
dispositivos de entretenimiento propios de segmentos superiores.