La joven de 25 años, 1,75 metros y
medidas de infarto ha posado muy sugerente en las páginas centrales
de la publicación, en las que
asegura que en su país son "muy tocones" y que "siempre
estamos encima de la gente". Esta diferencia cultural podría haber
hecho que sus compañeras la
llamaran "buscona y calentona" aunque asegura que nunca le
ha pasado fuera del programa.
Liz lleva bien la fama. Dice que se
ha acostumbrado a que la miren por la calle e incluso asegura que
"me gusta, a todas las chicas nos
gusta que nos miren". Además, confirma que al entrar en el
concurso la organización le quitó a "Pollito", su objeto personal
preferido. "Me iba a ayudar a sobrellevar más relajada la ausencia
de mi pareja durante tantos días, porque
soy sexualmente muy activa".
Sus planes a corto plazo de Liz son
viajar a su país, para tratar de
traer a España a su hija, y acabar una novela que está
escribiendo, titulada El adoptado.