El socio-colaborador apoya programas que tienen como objetivo
mejorar las condiciones de vida de comunidades que, además de
padecer las consecuencias de la pobreza, están afectadas por graves
problemas específicos que empeoran su situación. Participan en
programas de mejora de la calidad de vida de discapacitados
psíquicos y físicos, “niños de la calle”, niños con cáncer o
afectados de SIDA.
El socio-colaborador recibe, dos veces al año, un informe sobre la
marcha del programa. Además, el socio-colaborador puede remitir
cartas al país, formulando las preguntas que considere oportuno. En
los informes que le remitiremos, se dará respuesta a las cuestiones
planteadas por todos los socios-colaboradores que están apoyando el
programa.
La cuota mínima del socio-colaborador es de 6.01 euros.
UN EJEMPLO DE COLABORACIÓN.
Desde 1989 trabajamos en Yancana Huasy, en el distrito de
San Juan de Lurigancho, Perú. Allí colaboramos con un centro
de educación ocupacional para niños y adolescentes
discapacitados, centrando nuestra actividad en tres áreas
básicas: en el ámbito de la producción, promoviendo la
integración laboral de los alumnos; en salud, prestando
especial atención a la capacitación de docentes en
psicomotricidad y al tratamiento individual y en grupo de
las personas con discapacidad; en materia de educación,
realizando distintos talleres de orientación vocacional,
elaboración de material divulgativo y formación en
rehabilitación, realidad nacional y local, sexualidad,
desarrollo psico-emocional, etc. Este programa de Yancana
Huasy tiene como objetivo facilitar la integración de las
personas discapacitadas en su comunidad, y garantizar la
igualdad de oportunidades de acceso a los servicios
educativos, sanitarios y laborales.