El emporio de moda ZARA se encuentra bajo la lupa del Ministerio
de Trabajo brasileño después de que una operación de fiscalización
haya descubierto en el Estado de Sao Paulo tres talleres de costura
donde, según la terminología del Ejecutivo de Brasilia, se empleaba
"mano de obra esclava" que trabajaba de sol a sol en la confección
de prendas posteriormente comercializadas en las tiendas de la marca
gallega.
Un equipo de diez funcionarios de la Fiscalía de Trabajo aun
investiga los detalles del caso, aunque la tesis que prevalece,
según fuentes de la Fiscalía, es que Zara "usó mano de obra esclava
en su cadena de producción, aunque aun queda por comprobar si tenía
conocimiento de ello".
Las investigaciones en curso aun tardarán dos o tres meses en
arrojar resultados definitivos. La Fiscalía pretende dilucidar si
existe responsabilidad directa de Zara en el funcionamiento de estos
talleres clandestinos en los que decenas de personas confeccionaban
ropa en condiciones análogas a la esclavitud. De momento, en
Ministerio de Trabajo ya ha emitido 52 autos de infracción (multas)
que recaen directamente contra Zara; las hay relativas a jornadas de
trabajo extenuantes, pagos irregulares de salarios, falta de
seguridad e higiene en el lugar de trabajo e incluso discriminación
étnica de indígenas bolivianos que nutrían el grueso de la
plantilla.
Inditex emitió el pasado miércoles una nota en la que niega
cualquier responsabilidad directa en el caso, aunque sí asume que
uno de sus 50 proveedores brasileños (AHA Indústria e Comércio de
Roupas Ltda.) habría incurrido en la violación de su Código de
Conducta para Fabricantes y Talleres Externos. Asimismo, informa de
que "ha exigido al proveedor responsable de la subcontratación
fraudulenta que de forma inmediata subsane esta situación". Según la
misma nota, Inditex está colaborando con el Ministerio de Trabajo
brasileño "para reforzar la revisión del sistema de producción,
tanto de este proveedor como del resto de sus empresas en Brasil".
Según fuentes de la Fiscalía, el equipo que lleva a cabo la
investigación "no está encontrando ninguna resistencia por parte de
Zara en sus requerimientos de información. Confiamos en su buena
voluntad", señalan.
"Según
la legislación brasileña, la persona o empresa que contrata a un
proveedor puede ser responsable directo si se detecta un caso de
trabajo esclavo en la cadena productiva. En este momento intentamos
esclarecer esta responsabilidad por parte de Zara", abundan las
mismas fuentes. En el caso de que la investigación concluya que la
firma española es responsable de las irregularidades halladas en los
talleres, Zara podría afrontar procesos judiciales en Brasil e
incluso ver su nombre incluido en una lista negra de empresas que
han recurrido alguna vez a la mano de obra esclava. Actualmente esta
lista de la vergüenza cuenta con 252 registros.
En el marco de esta investigación, los fiscales descubrieron el
pasado mayo un centro de trabajo en la localidad de Americana, en el
Estado de Sao Paulo, en el que 52 ciudadanos bolivianos trabajaban
en régimen irregular. Parte del grupo cosía pantalones para Zara. A
finales de junio, otra operación desarrollada en la capital paulista
destapó otros dos talleres clandestinos donde 15 personas, una de
ella menor de edad, también trabajaban en condiciones denigrantes
confeccionando prendas para la marca española.