El héroe de los Mundiales de atletismo de Daegu no ha sido Usain
Bolt o las kenianas que han dominado el maratón. El auténtico
protagonista ha sido un atleta que, precisamente, no ha ganado ni su
serie. Pasará a la historia por ser el más lento.
El atletismo tiene un nuevo Eric Moussambani. Si el nadador
guineano hizo una marca casi el doble de lenta que el ganador de su
serie de los cien metros en la piscina los Juegos Olímpicos de
Sidney, el tartán de Daegu ha visto cómo un nuevo fenómeno de este
tipo nacía en la distancia reina del atletismo.
Se trata del jovencísimo Sogelau Tuvalu, de Samoa Americana. En
la serie clasificatoria de los cien metros, en la misma distancia en
la que Usain Bolt ha demostrado ser el atleta más rápido de todos
los tiempos, este fornido corredor ha logrado el segundo peor
registro de todos los tiempos en un Mundial.
Su aspecto físico, mucho más pesado que cualquier otro velocista,
y hasta su propia vestimenta (corría sin zapatillas de clavos),
hacían presagiar que Tuvalu no se iba a clasificar para la siguiente
ronda.
Superó una salida falsa y marcó un tiempo de 15.66 segundos,
muy lejos del malayo Mohammad Noor Imran, ganador de su serie. Pero
todavía más lejos del 9,58 que posee Usain Bolt.
Hubo otro más lento
Al menos, otro atleta fue más lento que Tuvalu. Se trata de Kim
Collins, quien paró el reloj en un 21.73 segundos en el Mundial de
Atenas de 1997. Es la peor marca jamás registrada en unos
campeonatos del mundo y que el protagonista de Daegu se ha quedado
lejos de superar.
Pero un compatriota de Tuvalu, Trevor Misapeka hizo 14.29
segundos en la prueba de 100m en los Mundiales de 2001, así que el
joven corredor no es el más lento de su país. Así corría su
compañero: