LOS PROS Y CONTRA DE LA COMIDA
ORIENTAL
La dieta oriental o asiática abarca la
cocina china, japonesa, india, y la tailandesa, y aunque todas
poseen su propia marca comparten varias características.
En este tipo de cocina se destaca en general por la fuerte
base vegetal y la poca grasa y por eso en los últimos años, en
Occidente ha tomado auge, en una búsqueda por comer más sano y
aumentar la calidad de vida.
Las legumbres, el arroz, poca carne, poco dulce y
muchas verduras son la clave en esta dieta oriental, aunque como
decíamos, cada una tiene sus rasgos propios, como el sushi
fundamental en la cocina japonesa, o el té verde y los mariscos, en
la comida cantones clásica de China, o los granos y las especias en
la India.
Este tipo de dieta tiene muchas ventajas como
sabemos, no en balde los países orientales tienen la mayor esperanza
de vida, y su índice de salud es muy alto. No obstante, como todo en
la vida también tiene varios inconvenientes que es recomendable
conocer para saber qué no exponemos si optamos por este tipo de
alimentación.
Así, es necesario mencionar que por ejemplo, si
bien la cocina oriental es baja en grasas, esto no necesariamente se
cumple en los países occidentales, pues en nuestros restaurantes a
veces se ignora o se pasa por alto que en Oriente, la grasa es poco
utilizada, y entonces aunque estés comiendo suhi podría estar
cocinado con alto nivel de grasa y con alimentos de poca calidad, ya
que si bien los asiáticos ponen especial cuidado en la procedencia y
calidad de los alimentos que cocinan, esto no sucede en Occidente
con la frecuencia deseable.
De igual forma, es común que para aumentar el
sabor de las comidas, las recetas orientales incluyan un alto
contenido de sal, lo que ya sabemos no es muy recomendable para las
arterias, el corazón, y la circulación. Los ingredientes utilizados
son difíciles de conseguir en Occidente, por lo que es necesario
sustituirlos con otros alimentos que no producirán el mismo efecto
beneficioso.
A veces, en ciertos países de Oriente, se consume
una alta cantidad de proteína animal que no tiene tan buenos efectos
en la salud y a la que se le adjudica permitir el desarrollo de
células cancerígenas, y además muchas de las grasas utilizadas no
son las recomendadas, como el aceite de coco, la mantequilla
desleída o aceites vegetales refinados.
Por otro lado, las ventajas son bastantes y
también es recomendable conocerlas. Podemos mencionar por ejemplo,
que contienen pocos hidratos de carbono refinados y pocos azúcares,
la grasa consumida es más sana en su mayoría, el consumo de pescado
es más alto y esto favorece la circulación, el corazón, y el sano
desarrollo del proceso digestivo, poseen un alto consumo de soja,
proteína de origen natural, tienen un alto consumo de frutas y
vegetales frescos de la estación, lo que posibilita que coman pocos
alimentos procesados o elaborados industrialmente, y el té verde
considerado sumamente benefactor es parte fundamental de muchos de
sus platos.
Ahora conoces tanto los pros como los contras de
la alimentación oriental o asiática que tanta influencia tiene hoy
en día en Occidente, y podrás elejir con mayor criterio si incluirla
en tu dieta diaria y cómo hacerlo.
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