LAS FANTASÍAS SEXUALES DE LAS
MUJERES
Las fantasías sexuales son productos de la imaginación que
todos somos capaces de crear. Desde la infancia somos capaces de
tener fantasías sexuales que sirven para una variedad de funciones y
que pueden despertar una amplia gama de reacciones.
Las fantasías sexuales tienen el valor
de la realidad y por eso son tan importantes para la vida cotidiana.
Hay que disfrutarlas, dejarlas surgir y no reprimirlas o
censurarlas, porque puede ser el origen de conflictos sexuales.
Las fantasías sexuales contribuyen a
que los sentimientos surjan con fuerza. Las fantasías son seguras,
porque son privadas y ficticias. La privacidad asegura que éstas no
serán descubiertas, mientras que su carácter inventado nos libera de
cualquier responsabilidad y nos permite jugar con ellas.
Durante mucho tiempo existió la idea
generalizada de que los hombres fantaseban más a nivel sexual que
las mujeres, pero desde el psicoanálisis se desmiente tal extremo.
Las mujeres y los hombres fantasean en igual medida, pero de
diferentes maneras.
La sexualidad humana es un sistema de
múltiples niveles que abarca lo físico, lo cultural y lo
psicológico, dando como resultado, dentro de la normalidad, el
placer y la reproducción. Y es la casilla del placer donde tienen su
espacio las fantasías sexuales, que son sueños diurnos que suceden
cuando la persona está despierta y que tienen una connotación
sexual. Regularmente, son manifestaciones de deseos contenidos que
pueden significar otra cosa.
El estado de ánimo influye mucho a la
hora de crear fantasías, ya que una persona que esté atravesando por
momentos difíciles, problemas económicos, depresiones, entre otras
cosas, no se siente muy estimulada para crear sueños eróticos.
Afortunadamente, diferentes estímulos externos pueden proporcionar
más material para los sueños eróticos, que son muy particulares para
cada persona. Entre ellos se pueden mencionar: ver películas de alto
contenido erótico, leer libros con descripciones sensuales y crear
un ambiente de intimidad.
Algunos estudios realizados
demuestran que muchas mujeres que han llevado sus fantasías a la
práctica se frustan. Esto se debe a que en los sueños eróticos ellas
dirigen la acción para que las cosas sucedan a su manera y en la
vida real es diferente; el hombre no siempre llena sus expectativas.
Cuando eso pasa ellas tienden a hacer un "sabotaje sexual", según
explica el sexólogo Gil Germán. De ese modo, en medio del acto
sexual la mujer piensa en algo que evita la relación y el placer. La
única solución es crear un ambiente de confianza, que la pareja se
conozca mejor para que la mujer se exprese y no se reprima.
Las fantasías son buenas o malas
dependiendo de la percepción de la persona. Como dice el sexólogo
Germán, si la fantasía se convierte en la única forma o fuente de
gratificación sexual se destruye el vínculo de pareja.
En la elaboración de una fantasía,
interviene de una manera muy activa, el cine. Hay escenas que
quedarán flotando en la eternidad de las mentes eróticas y erógenas
de miles de espectadores que por respeto a esa fantasía, no se
atreverán a hacerla propia. Sin embargo en el año en que se estrenó
la película "Último tango en París", todos aquellos buenos amantes
se preocuparon de que siempre hubiera mantequilla en la heladera.
Con "Nueve Semanas y Media", la tendencia gastronómica del erotismo
se renovó con nuevos productos como miel, cerezas, leche.
El mapa del amor
Jhon Money, autor de varios libros sobre sexualidad, asegura que
todos desarrollamos un mapa de amor, un mapa mental que tiene las
características del amado y también las actividades sexuales y
afectivas que nos resultan más eróticas.
Según este profesional, el mapa del
amor es como las huellas digitales de la personalidad sexual de cada
persona. Las cosas que excitan sexualmente son únicas, aunque se
puedan compartir en gran medida con la pareja. Las fantasías
sexuales completan el mapa del amor y agregan las pistas que le
faltan, pero sobre todo -sostiene el experto- "entretienen la
cabeza" y permiten la concentración en las sensaciones placenteras,
sin censuras y aumentando la posibilidad de excitación erótica.
La fantasía y el deseo sexual a veces
pueden aparecer juntos y ser el motor que enciende la escena sexual.
Pero también se ha comprobado que las personas con bajo deseo sexual
tienen pocas fantasías sexuales y muchas veces se benefician usando
y construyendo fantasías de manera positiva.
¿Qué pasa con la pasión y el deseo
entre dos personas que llevan juntas muchos años? Gran parte de la
actividad sexual de las parejas que conviven se transforma en sexo
rutinario. Según la experta psicóloga Laura Caldiz, las parejas que
conviven ven apagarse por momentos el fuego de los primeros tiempos
y asisten un poco desconcertadas a una sucesión de encuentros
sexuales un poco insípidos.
Caldiz asegura que a todas las
parejas les pasa lo mismo con el tiempo y lo que era novedad ya no
lo es, y si a esta razón se le suman la rutina del trabajo, los
niños, el colegio y las tareas domésticas, no hay romanticismo ni
pasión sexual que resistan tanta presión, familiaridad y
cotidianiedad. Es en este punto es donde la aparición y el
mantenimiento de las fantasías pueden ser una interesante manera de
recuperar el erotismo.
Fuente
NI REGLAS NI PUDOR PARA EL SEXO
CÓMO HACER EL AMOR Y GOZAR DE
FORMA SEGURA
AFRODISÍACOS - QUÉ SON,
SUGERENCIAS
¿CÓMO SON TUS RELACIONES
SEXUALES?
CÓMO COMBATIR LA RUTINA SEXUAL
TRUCOS PARA OBTENER MAYOR
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LA MASTURBACIÓN
LAS FANTASÍAS SEXUALES
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