El
equipo, dirigido por Chris Reagan, del Instituto de Nanosistemas de
California, ha publicado los resultados de su investigación en la
edición online de la revista Physical Review Letters.
La termodinámica, joya de la corona
de la física del siglo XIX, concierne a los sistemas con muchas
partículas. La mecánica cuántica, desarrollada en el siglo XX, se
corresponde con fenómenos en los que sólo intervinenen pocas
partículas. El equipo de la UCLA ha creado una diminuta lampara para
estudiar la ley de la radiación del cuerpo negro de Max Planck, que
fue enunciada en 1900 usando principios que ahora se ha entendido
que corresponden a ambas parcelas de la física.
La lámpara incandescente utiliza un
filamento hecho de un sola pieza de nanotubo de carbono cuyo grosor
es de tan solo 100 átomos. Al ojo humano, el filamento es
completamente invisible cuando la lámpara está apagada, pero aparece
como un tenue punto de luz cuando se enciende.
Incluso con el mejor microscopio
óptico, sólo es posible observar estos nanotubos apagados con una
resolución de longitud no cero. Para disponer en imágenes de la
auténtica estructura del filamento, el equipo utiliza un microscopio
capaz de alcanzar una resolución atómica.
Con una lontiud de 20 millones de
átomos, el filamento de nanotubo es suficientemente grande para ser
usado en pruebas estadísticas de termodinámica y bastante pequeño
para ser considerado como un sistema molecular, y por tanto
correspondiente a la mecánica cuántica.
Los nanotubos de filamento de carbono
fueron descubiertos en 1991, pero ya Thomas Edison diseñó filamentos
de carbono para sus bombillas. La aportación de la UCLA es que sus
filamentos son 100.000 veces más estrechos y 10.000 veces más
cortos.