El papa Francisco ha prescindido del cardenal tradicionalista Raymond L. Burke en su remodelación de la Congregación para los Obispos y ha puesto en su lugar al cardenal de Washington, Donald Wuerl, bastante más moderado.
Se trata de un cambio en sintonía con las demás sustituciones de prelados en ese organismo que el pontífice anunció este lunes y con las que pretende asegurarse su legado y, en el caso de Estados Unidos, alterar la tendencia ultraconservadora en la que había caído la curia de este país, debido, en buena medida, a la influencia del obispo saliente.
Burke, un cardenal muy popular entre los católicos más conservadores de EE UU, fue obispo de la diócesis de La Crosse, en Winsconsin, entre 1994 y 2003, y de Saint Louis hasta 2008, antes de unirse a la Curia de Roma.
Aunque mantiene su puesto como presidente de la Signatura Apostólica, el más alto tribunal del Vaticano, su ausencia de la Congregación de Obispos ha debilitado sustancialmente su poder al no poder participar directamente de la elección de los prelados estadounidenses.
Burke se opone fervientemente al aborto y al matrimonio homosexual y es un firme partidario de negar la comunión a los políticos católicos que defiendan posiciones abortistas El antiguo arzobispo de Saint Louis era conocido por seguir los ritos tradicionales que impulsó durante su pontificado Benedicto XVI.
Su gusto por la cappa magna, la capa de cola de seda roja que los cardenales pueden utilizar en las ceremonias litúrgicas solemnes, contrasta con la sencillez del atuendo de Francisco, al igual que su radicalismo en cuestiones de fe. Burke se opone fervientemente al aborto y al matrimonio homosexual y es un firme partidario de negar la comunión a los políticos católicos que defiendan posiciones abortistas. Burke ha manifestado su falta de sintonía con el nuevo pontífice en varias ocasiones.
Cuando Francisco aseguró que él no era quién para juzgar el comportamiento de un homosexual, el cardenal declaró que sus palabras debían ser interpretadas como una “sugerencia” y no como doctrina pontificia. El prelado estadounidense también ha cuestionado su capacidad para cambiar la burocracia del Vaticano.
“El servicio de la Curia Romana forma parte de la naturaleza de la Iglesia y debe respetarse. No me puedo imaginar a nadie que pueda transformarla completamente, eso simplemente no tiene sentido”, aseguró la semana pasada en una entrevista concedida a la emisora católica EWTN. Allí, Burke evidenció su preocupación por el interés de Francisco de que la Iglesia deje de centrarse en asuntos como el aborto o el matrimonio homosexual.
“A uno le da la impresión de que lo que él piensa es que estamos hablando mucho sobre el aborto, mucho sobre la integridad del matrimonio, como la unión entre un hombre y una mujer. Pero es que nunca podemos hablar suficiente de ese tema”, sostuvo.
Burke ha manifestado su preocupación por el interés de Francisco de que la Iglesia deje de centrarse en asuntos como el aborto o el matrimonio homosexual Su sustituto, Wuerl, pese a ser conservador es percibido como un hombre dialogante y menos dogmático que Burke.
El cardenal de Washington insinuó la semana pasada, también en otra entrevista, que el Papa estaba cambiando la forma en la que se eligen los obispos “buscando y preguntando a más fuentes”. Ahora, parte de la influencia en la decisión final de los prelados de EE UU la tendrá Wuerl. De acuerdo con el proceso de selección de obispos, el nuncio del papa en cada país selecciona una terna de candidatos que es la que se remite a la Congregación para la votación final. Fuente: ElPaís