Repsol ha anunciado hoy que, si recibe las autorizaciones ambientales, está lista para empezar a perforar en aguas de Canarias en busca de hidrocarburos en mayo de 2014, por lo que ha emplazado a los cabildos de Lanzarote y Fuerteventura a decidir ya si quieren acoger su base de operaciones. En la segunda visita que realiza a Canarias para abordar el tema de las prospecciones petrolíferas -la anterior fue para presentar su proyecto a Paulino Rivero-, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha defendido que «hay pocos países en el mundo» que en este momento tengan a su alcance un descubrimiento potencial como el que ofrecen esas aguas del Atlántico situadas entre Canarias y Marruecos. Repsol estima que los yacimientos de Canarias pueden albergar unos 898 millones de barriles de crudo (el pronóstico más optimista eleva esa cifra a 2.277 millones), capaces de abastecer el 10 % del consumo del país y de rebajar las facturas de España en importación de crudo en unos 30.000 millones de euros en los próximos 20 años.
Solo en la primera fase de exploración, la compañía estima invertir 350 millones de dólares (260 millones de euros), de los que calcula que unos 53 millones de dólares (39 millones de euros) se quedarán allí donde se ubique la base logística de apoyo a sus barcos de prospección, en forma de contrataciones, servicios, provisiones, transporte y gasto en otro tipo de suministros.
Brufau ha emplazado hoy públicamente a los cabildos de Lanzarote y Fuerteventura, dos de las instituciones más combativas hasta ahora contra el proyecto, a que decidan en los próximos días si quieren acoger en los puertos de Arrecife y Puerto del Rosario esa base y beneficiarse del movimiento económico y laboral que se genere.
El presidente de Repsol ha matizado que él no es «nadie para marcarle plazos a los cabildos», pero también ha advertido de que, si en 15 o 20 días no tiene una respuesta, la compañía buscará otras opciones, entras las cuales ha reconocido que el puerto de Las Palmas de Gran Canaria aparece como la más inmediata y barata para sus planes, porque ya tiene gran parte de la logística que precisan.
El máximo responsable de la multinacional española ha recalcado que ni quiere pensar que Lanzarote o Fuerteventura puedan rechazar su oferta, porque no concibe cuál podría ser el argumento para negarse a acoger una actividad generadora de riqueza y empleo y que -insiste- es compatible con la industria turística, como prueban los casos de Río de Janeiro (Brasil), Malibú (California, EEUU), Noruega o la propia costa de Tarragona, alega. «El mundo nos mira atónico. ¿Qué está pasando en Canarias?», se llegado a pregunta Brufau en la rueda de prensa que ha ofrecido hoy en Las Palmas de Gran Canaria, casi al mismo tiempo que el presidente regional, Paulino Rivero, se reunía en Bruselas con cargos de la Comisión Europea para pedir que suspendan los permisos de Repsol.
«Se van a arrepentir» «Si alguien dice que no, seguro que en el futuro se va a arrepentir», ha apostillado Brufau, cuya compañía cifra las inversiones totales que hará a lo largo de la vida útil de esos pozos -si es que existen- en 12.244 millones de dólares (9.097 millones de euros: 260 millones en exploración, 5.212 millones en desarrollo de barcos y sistemas y 3.859 millones en explotación) Repsol sostiene que, de esas inversiones, unos 3.605 millones de dólares (2.680 millones de euros) revertirán en la economía de la región donde esté la base de operaciones, un cálculo que, subraya, no es caprichoso, sino que se basa en la experiencia de la compañía en otros lugares donde explota yacimientos de crudo. Fuente: ABC