Peligra el embalsamiento de Hugo Chávez

15 marzo, 2013 Destacadas, Politica Comentarios desactivados en Peligra el embalsamiento de Hugo Chávez

Venezuela guardaba una última misión para Hugo Chávez: ser embalsamado para mantener vivo el recuerdo de su legado y transmitirlo así a otras generaciones. «Es su comandante. Les pertenece a ustedes», señalaron las autoridades venezolanas que pretenden incluir a Chávez en la lista de dirigentes como Lenin, Stalin, Eva Perón o Mao Zedong también tratados con la citada técnica. Pero Chávez no va a poder cumplir con su misión.

La sobreexposición a la que ha sido sometido su cuerpo hace peligrar la primera medida de Nicolás Maduro como presidente interino. Después de ocho días expuesto en la Academia Militar de Caracas, el cadáver de Hugo Chávez está comenzando a deteriorarse. Las malas condiciones ambientales han jugado en su contra dado que superaban los niveles idóneos de temperatura (16,6ºC) y humedad (70%).

Si las autoridades venezolanas quieren cumplir con su palabra deben ponerse cuanto antes manos a la obra. Según ha declarado Vernie Fountain, dueño y fundador de la Academia Nacional Fountain para el Oficio Profesional de Embalsamador, en Springfield (Missouri), el proceso «se inicia con la inyección de líquidos mezclados con sustancias químicas, principalmente formaldehido, en una arteria del cuerpo, al tiempo que se vacía la mayor parte de la sangre por una vena».

La naturalidad es el efecto más buscado en un embalsamado, aunque el inexorable paso del tiempo a veces lo frustra. El propio Fountain asegura que las autoridades venezolanas podrían recurrir a la medida adicional de precaución de obtener una copia de la cara real de Chávez: se trataría de hacer un molde del que puedan hacer una réplica del rostro y colocarla sobre el tejido en el futuro «y continuar haciendo que se asemeje lo más posible a la que tenía cuando falleció». Esta técnica se ha realizado en varias ocasiones aunque, para mantener viva la leyenda y la épica, no se suele reconocer. Si se pregunta por los líderes políticos arriba mencionados la respuesta de sus fieles seguidores será la misma: ‘Dirigentes de esa talla no precisan de este tipo de trampas’.

Pero nada más lejos de la realidad. La prueba está en el caso de Mao Zedong. La técnica utilizada por los doctores chinos no fue la más correcta y la errónea composición del cóctel químico provocó que la cara de Mao luciera «redonda como un balón, y su cuello alcanzara el ancho de la cabeza». Así lo describió Li Zhisui, uno de los médicos que participaron en el proceso y que, años antes de morir, y exiliado en Estados Unidos, confesó. Para que el cadáver tuviera una apariencia más normal hicieron falta horas de masajes cuidadosos y maquillaje. Pero en caso de que ocurriera otra deformación se tenía lista una escultura en cera, aunque este extremo jamás hubiera sido reconocido. Fuente

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