
Antes de la salida...
Si puede, que su último día en
casa sea relajado, con un buen descanso nocturno.
Un poco de ejercicio, como dar un
paseo, le ayudará a relajarse y a sentirse mejor al día siguiente.
Intente ir a la cama pronto o
despertar un poco más tarde, para compensar la diferencia horaria de
su lugar de destino. Cuanto menos cansado esté al salir de casa,
menos problemas tendrá con el “jet lag” al llegar.
Es recomendable llevar ropa
holgada y cómoda. Las fibras naturales son las mejores, ya que
permiten la transpiración. Hidratar su piel le ayudará a protegerse
del aire seco del avión.
No ingiera una cena muy copiosa
la noche anterior, para ayudar a su cuerpo a que se adapte a los
cambios de presión en las alturas.
Una vez a bordo...
Mantenerse en forma y comer bien
es tan importante a bordo como en tierra.
Si come ligero, evitando la carne
roja y la grasa, dormirá mejor y se sentirá más relajado cuando
llegue. Recuerde que el alcohol y el café contribuyen a la
deshidratación. En cambio, beber suficiente agua le ayudará a evitar
el cansancio y los dolores de cabeza.
Lo más importante para mantenerse
en forma a bordo, es no permanecer sentado en la misma posición por
un largo período de tiempo. Para estimular la circulación, es
conveniente levantarse del asiento a menudo, y caminar al lo largo
de la cabina estirando sus brazos y piernas.
En un viaje largo, a menudo las
piernas y los pies son los que primero se resienten. Se sentirá
mejor si se quita los zapatos. Evite sentarse con las piernas
cruzadas, ya que corta la circulación.
Hemos desarrollado una serie de
ejercicios que Usted puede realizar en su asiento, para mejor su
circulación sanguínea y prevenir el agarrotamiento y malestar de sus
músculos. Si algún ejercicio le produce malestar, no fuerce su
cuerpo y realice el siguiente.
- Empiece con sus pies: Con los dos talones en el suelo,
levante los dedos del pie lo máximo posible. Luego manteniendo
los dedos del pie en el suelo, levante los talones.
- Mueva sus tobillos: Gire sus tobillos despacio, describiendo
un círculo, primero hacia una dirección y luego hacia otra,
durante 15 segundos en cada dirección.
- Ejercite sus rodillas: Doble una rodilla y levante la
pierna, endureciendo los músculos del muslo. Alterne las
piernas. Repita de 20 a 30 veces con cada pierna.
- Desanude sus hombros: Ponga sus manos suavemente sobre sus
muslos. Lleve sus hombros hacia delante, luego hacia arriba,
hacia atrás y hacia abajo en un movimiento circular. Repítalo
varias veces, suavemente, respirando despacio y constantemente.
- Estire sus piernas: Dóblese hacia delante ligeramente. Ponga
ambas manos alrededor de su tobillo izquierdo y levántelo hacia
su pecho. Mantenga esta posición durante 15 segundos.
Manteniendo las manos alrededor de su tobillo, despacio baje su
pierna. Cambie de pierna y repita. Haga este ejercicio 10 veces.
- Relaje su espalda y brazos: Ponga los dos pies en el suelo y
mantenga su estómago dentro. Cúrvese suavemente hacia delante,
desplace sus manos sobre sus piernas hacia la punta del pie.
Descanse en esta posición durante 15 segundos.
Otro tipo de molestia a bordo es
el dolor de oídos causado por los cambios de presión durante el
despegue y el aterrizaje. Para despejar sus oídos, tápese la nariz,
cierre la boca y sople con la boca cerrada. Masticar chicle también
le ayudará. Dar el chupete a los bebés, les permitirá disminuir las
molestias.
Tras la llegada...
Para enfrentarse al “jet lag”
intente acostumbrar al cuerpo, lo antes posible, a los horarios del
lugar de destino. Coma en las horas acostumbradas, respetando el
nuevo cambio horario. Un desayuno y comida ricos en proteínas, con
queso, huevos, leche, carne o pescado y una cena con alto contenido
de carbohidratos (como arroz o pasta) ayudará a restablecer tu ritmo
interno.
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