UN KIT
PERMITE HACER EL ESTUDIO CON MUESTRAS DE SANGRE O SALIVA
Las muestras llegan
de Chile, de Uruguay, de Paraguay; llegan de las más lejanas
provincias argentinas. Un kit de diagnóstico de paternidad por ADN
permite que una gota de sangre o incluso de saliva, obtenida en la
privacidad del hogar y eventualmente a espaldas de la madre, puedan
ser enviadas por correo para determinar, con un 99,9 por ciento de
certeza, si una persona es el padre biológico de su hijo; y, con un
ciento por ciento de certeza, si no lo es. En tres de cada diez
casos, el supuesto padre resulta no serlo en el nivel de los
cromosomas. “Según los resultados, hay familias que se rompen y
otras que se generan... por compromiso”, cuenta uno de los
especialistas que efectúan estos análisis en el país. En Europa, la
introducción de este método, publicitado en diarios y en Internet,
suscitó hace varios años un debate ético, que hoy comienza en la
Argentina: ¿deben hacerse estos análisis sin previo asesoramiento
sobre las posibles consecuencias en los vínculos?; ¿pueden hacerse
sin conocimiento y autorización de ambos padres?; ¿cómo preservar
los derechos y bienestar del niño? Y, también, ¿qué diferencias hay
entre la “paternidad” biológica –que una prueba genética puede
determinar para cualquier especie animal– y la paternidad humana?
El kit para análisis de ADN fue desarrollado en la Argentina por el
Laboratorio de Estudios Genéticos Aplicados de la Universidad de
Quilmes “incluye los elementos para que la gente se tome las
muestras en su casa, sin necesidad de venir”, explicó Diego Faccone,
codirector del laboratorio. El dispositivo incluye una lanceta para
extraer sangre del dedo y unas tarjetas de papel donde se preserva
la gota de sangre. También hay hisopos estériles para hisopado
bucal, que se efectúa en el lado interno de la mejilla.
“Hay gente que no quiere hacerles el pinchazo a los chicos, pero,
siendo que la muestra tiene que viajar, la sangre se conserva mejor
que el hisopado; por eso pedimos que envíen el hisopado por correo
de 24 horas, para que no llegue a degradarse”, precisó Faccone. El
kit se remite por correo común. “Lo hemos enviado a distintas
provincias y a países limítrofes: recibimos casos de Chile, Uruguay
y Paraguay.” El cliente no tiene obligación de identificarse y el
resultado se recibe a vuelta de correo.
El laboratorio quilmeño, creado en mayo de 2002, acumula un total de
200 casos;, unos 70 de ellos se concretaron mediante el kit a
domicilio, que empezó a utilizarse hace un año y medio. “El kit
permite acercar el laboratorio a la casa. A una persona que vive en
Jujuy, por ejemplo, podría serle imposible bajar a Buenos Aires a
hacerse el análisis –fundamentó Faccone–. Pero también hay gente a
quien venir al laboratorio le genera rechazo o le resulta
persecutorio.”
En contrapartida, “otros prefieren ver el laboratorio; conocer a
quienes van a efectuar el análisis les da más confianza”. Aun en
estos casos, “a veces prefieren el anonimato; aunque vengan al
laboratorio, pueden no dar sus datos personales”, señaló Faccone,
que es licenciado en Biotecnología.
El análisis puede efectuarse sobre tres muestras –padre, hijo,
madre–, pero la muestra materna no es imprescindible para estudiar
la paternidad. Si el resultado de esta última es positivo, el
informe dice: “La muestra 1 tiene una probabilidad mayor del 99,9
por ciento de ser el padre biológico de la muestra 2”. Si es
negativo: “La muestra 1 no tiene relación biológica con la muestra
2”.
“En el 30 por ciento de los casos, la paternidad biológica no se ha
verificado”, señaló Faccone y comentó que “detrás de cada caso hay
un problema, y, con los resultados, constantemente se rompen y se
generan familias; se rompen, a veces, cuando se revela el engaño; se
generan, a veces, por compromiso, cuando se revela la verdad”.Un
caso raro, pero emblemático, es el de “la mujer que ha venido a la
toma de muestras en compañía de los dos posibles padres; están ahí
los dos hombres, entre ellos hay miradas cruzadas, ella no sabe
quién de los dos fue”. Otra vez, “el resultado fue negativo pero
tanto ella como él, que habían venido juntos, se pusieron contentos:
nos dimos cuenta de que el que había venido con ella era el amante,
por eso se alegraban de que el hijo no fuera de él –recordó Faccone–.
Más de una vez vienen con el amante a hacerse el estudio; aunque no
lo digan, uno termina dándose cuenta”.
A veces, “son hombres que dudaron durante mucho tiempo y vienen
cuando sus hijos ya no son tan chicos; a veces, el nacimiento del
segundo hijo los decide a hacer el análisis también para el
primero”. En algún caso, quien duda es el hijo: “Una chica
sospechaba que la tía era su verdadera madre, porque se había
enterado de que el padre había tenido una aventura con la tía. El
análisis lo desmintió pero igual ella se fue sin estar convencida”.
Hay casos más patéticos que otros: “Había un hombre cuya ex esposa
se había llevado al hijo a otra provincia. A él le había quedado
sólo un diente de leche del chico, y lo trajo para el análisis de
ADN: en estos casos, primero vemos si hay ADN en buenas condiciones
para hacer el estudio. Algunos quieren sacarle pelos al hijo para la
muestra, pero generalmente los pelos no están bien tomados, porque
tiene que estar la raíz”, observó el biotecnólogo. En el caso del
diente, la paternidad biológica fue confirmada.
Muchas veces la que impulsa el estudio es la abuela paterna: “En
general, piensan que la nuera, esa chica con la que anda el hijo,
está tratando de encajarle un chico que no es de él. Entonces, es la
abuela la que llama al laboratorio, lo convence al hijo y después
vuelve a llamar, ansiosa por conocer el resultado, que demora 25
días. Bueno, es común que los que consultan se desesperen por
saberlo”.
Y el caso más frecuente “es cuando, al recibir los resultados del
estudio, la mujer le increpa al hombre: ‘¿¡Ves que era tu hijo!?’.
Se ve que él la había presionado con sus celos hasta que ella aceptó
el análisis”, contó el biotecnólogo
Fuente : pagina12web.com.ar
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