Si
bien, las predicciones de algunos teóricos que a principios de los
noventa vaticinaban casi el fin de las clásicas tiendas comerciales
resultó una exageración, es un hecho que la red ha impulsado nuevas
formas de realizar transacciones.
Un ejemplo de ello son los sitios de
subastas, donde cualquier individuo puede vender sus productos (sean
nuevos o usados). El más conocido es
eBay,
que ya lleva 10 años en este negocio.
Su popularidad hace que sea uno se
los sitios de subastas más visitados del ciber espacio y su oferta
la más nutrida. En sus páginas, 3 millones de productos, agrupados
en 13 mil categorías, se renuevan diariamente y sólo durante el 2004
vendió más de 40.000 millones de dólares.
En ese espectro, encontrar
curiosidades no es muy difícil. A esta altura ya es cotidiano que,
cada cierto tiempo, los medios de comunicación hablen de algún
objeto insólito que se remata en sus páginas.
Lo último, es una carta que
supuestamente escribió Bernardo O´Higgins, el 22 de enero de 1818,
solicitando recursos para Concepción. La misiva tiene un precio
mínimo de 99 dólares y hasta el momento no existen pujas.
Muchas veces los artículos ofrecidos
han desatado polémicas, cosa que ha obligado a reglamentar y
estipular una serie de prácticas. Prohibiéndose por ejemplo
comerciar órganos humanos (debido a que un individuo intentó rematar
su riñón), ofrecer servicios sexuales (debido a que una mujer remató
su virginidad), etc.
Entre los objetos más vendidos están
consolas de videojuegos, teléfonos móviles y artículos de colección,
pero también es posible encontrar autos, barcos y aviones. De hecho
el artículo más caro que ha sido rematado fue un avión privado, por
el que un comprador pagó 7,5 millones de dólares