El
corazón de la mujer es más traicionero que el del hombre
La mortalidad por
trastornos cardíacos es tres puntos más alta en la población
femenina. Y la tasa de sobrevida a un infarto es menor. Además,
tienen síntomas más difusos, lo que complica el diagnóstico.
No,
el corazón no duele. Pero sí se enferma. Y cómo. Las estadísticas no
tienen nada que ver con la poesía ni el romanticismo. Son números
fríos que revelan que las enfermedades relacionadas con el corazón
son las que más muertes provocan, mucho más que cualquier tipo de
cáncer. Y un dato que sorprende: el porcentaje de mujeres que muere
por esta causa supera al de los hombres.
Según las últimas cifras del Ministerio de Salud, de las 302.064
personas que murieron en 2003, 95.090 (el 31,5%) fue a raíz de
complicaciones relacionadas con el sistema circulatorio, es decir,
enfermedades hipertensivas, isquémicas del corazón, insuficiencias
cardíacas, cerebrovasculares y aterosclerosis, entre otras. Pero lo
más llamativo, y que va contra todas las creencias, es que la
tasa de mortalidad fue más alta en mujeres que en hombres: 33%
contra 30%. Estos tres puntos de diferencia se vienen dando en
forma constante al menos desde hace cinco años.
Las mujeres suelen preocuparse (y ocuparse) bastante por su salud
ginecológica. El temor al cáncer de mama es fuerte; en todo caso, es
mucho más profundo que el miedo a sufrir un infarto. Y pensar así es
un gran error. Las estadísticas del Ministerio de Salud dicen que en
2003 murieron 5.459 mujeres por cáncer de mama, mientras que las
muertes por infarto llegaron a 5.536.
"Históricamente la mujer se preocupó más por las mamas y los
ovarios, pero su verdadera amenaza es el corazón. Está mal creer que
las enfermedades coronarias sólo afectan a los hombres. No es así.
La diferencia es que los síntomas en la mujer se sienten 10 años
después, empiezan entre los 55 y 60 años, mientras que en los
hombres se dan entre los 45 y los 50", explica Horacio Zylbersztjn,
director del Consejo de Epidemiología y Prevención Vascular de la
Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
"Aunque las muertes de origen cardiovascular disminuyeron en el
hombre, en la última década se incrementaron en la mujer. Esta
tendencia se debe al aumento de la expectativa de vida, a la
obesidad, al síndrome metabólico (colesterol bueno bajo,
hipertensión arterial, triglicéridos altos y glucemias elevadas), y
a la diabetes 2", dice Laura Brandani, jefa de Prevención
Cardiovascular de la Fundación Favaloro.
Raúl Mejía, director del Programa de Medicina Interna del Hospital
de Clínicas, lo relaciona con el cambio de estilo de vida de
las mujeres que comenzó a darse en los últimos 50 años: la salida
del mundo doméstico, el ingreso al mercado laboral, las
modificaciones en la dieta y el tabaquismo.
Sergio Varini, vicepresidente de la SAC y jefe del Servicio de
Cardiología del Centro Gallego, también habla de razones
psicosociales y del estrés: "La mujer se posiciona de la misma
manera que el hombre en el trabajo. Y sufre por la desocupación".
Habría que agregar que si bien pelea por otros roles en la sociedad,
la mujer no resigna su lugar de ama de casa, madre y esposa.
Alberto Alves de Lima, director de Capacitación del Instituto
Cardiovascular de Buenos Aires y director médico de la Fundación
Cardiovascular de Buenos Aires remarca que, a partir de la
menopausia, la mujer pierde la protección hormonal, y que eso la
vuelve mucho más proclive a padecer problemas cardiovasculares. Es
que hasta ese momento los estrógenos naturales impiden que sus
arterias se tapen.
La otra gran pregunta es por qué la mujer es tan vulnerable. Estas
son algunas respuestas.
Factores de riesgo más virulentos.
"La diabetes tipo 2, que afecta las arterias produciendo progresivas
obstrucciones, es más dañina en la mujer. Una vez diagnosticada,
tiene más alteraciones metabólicas asociadas como menor colesterol
bueno, mayor nivel de triglicéridos y presión arterial. Y si bien en
el hombre hay una mayor prevalencia de tabaquismo, esta brecha está
disminuyendo y es más difícil erradicar el hábito de fumar en la
mujer", asegura Brandani.
"Las mujeres fumadoras tienen un infarto 19 años antes que las no
fumadoras. Y el 60% de los infartos en menores de 60 años se da en
fumadoras", dice Mejía.
Sintomatología más difusa. El cuerpo
femenino es mucho más difícil de interpretar. "El síntoma de dolor
de pecho anginoso no es tan claro como en el hombre. Tenemos un
concepto incompleto de la angina de pecho femenina. Más aún, los
datos que dan los trabajos de seguimiento en mujeres que ya tienen
diagnóstico de alguna enfermedad obstructiva en las arterias es que
su pronóstico es peor", señala Brandani.
"En las mujeres pueden aparecer en reposo y confundirse con síntomas
digestivos: acidez o malestar estomacal", apunta Mejía.
"La presentación típica —se da en hombres— es un dolor en la cara
anterior de tórax (precordio) de tipo opresivo, con irradiación al
dorso, a ambos miembros superiores e incluso a la mandíbula
inferior. Suele ir acompañada de sudoración fría, náuseas y vómitos.
El dolor atípico —en la mujer— suele ser con pinchazo, ardor, con o
sin irradiación, y aumenta con la compresión manual", agrega Alves
de Lima.
Peor pronóstico. "Todavía no está muy
claro el porqué, pero sí existen especulaciones, como que la mujer
tiene más enfermedades asociadas, obesidad y diabetes. Sus arterias
son más finas y de menor luz. Además, el reemplazo hormonal en la
posmenopausia no las protege. Y la aspirina no tiene el mismo efecto
en la mujer que en el hombre", enumera Brandani.
"La mortalidad por infarto es mayor en las mujeres. Alrededor del
40% de las mujeres que sufren un infarto mueren en el año,
mientras que en los hombres es el 27%. Una explicación es la mayor
edad en la que las mujeres tienen un infarto. Otra es la mayor
cantidad de enfermedades asociadas", explica Mejía.
"Las mujeres tienen mayor mortalidad en el infarto porque cuando lo
padecen están con insuficiencia cardíaca avanzada, son mayores y
tienen arterias coronarias más pequeñas. También tienen mayor
mortalidad quirúrgica en la cirugía de by-pass coronario porque
su perfil o características clínicas previas son peores que en el
hombre (más añosas, de menor superficie corporal, mayor incidencia
de diabetes, hipertensión arterial). Suelen ir a cirugía de urgencia
con más frecuencia", dice Alves de Lima.
Como conclusión, los especialistas remarcan dos cosas. Una:
desterrar la idea de que la mujer tiene menos riesgo de padecer un
problema cardíaco o vascular cerebral. Dos: la mujer debe tomar
conciencia del cuidado en la comida, el ejercicio, la hipertensión,
la obesidad, el cigarrillo.
Se trata de incorporar buenos hábitos de vida: es lo mejor para
prevenir enfermedades cardiovasculares. Está comprobado.
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