“La austeridad ha sido la receta
prescrita para todos los países por Merkel, sin embargo no funciona
de la misma manera en todos los lugares”, señalan en el
editorial. Después de varias semanas en calma y tras varias
inyecciones económicas por parte del Banco Central Europeo para que
el sistema contara con liquidez, España continúa en recesión. El
desempleo sigue subiendo y las previsiones de déficit están
empeorando. Además los mercados de bonos están especialmente
nerviosos en España e Italia.
Desde el periódico hacen mención a que España está ahora en unos
niveles típicos de la depresión:
tiene una tasa de desempleo cercana al 25% y que alcanza el 50% en
el tramo de edades entre los 16 y 24 años. Apuntan que
estos datos son así incluso después de que el presidente del
Gobierno, Mariano Rajoy, llevara a cabo los presupuestos más
austeros y que la Unión Europea rechazara sus peticiones para que
flexibilizaran la cifra del déficit.
El
‘New York Times’ recuerda que Mariano Rajoy negoció con Bruselas
el techo del déficit. Finalmente pactó que para 2012 se reduciría al
5,3% y para 2012 y hasta el 3% para 2013. El periódico apunta que
“estos objetivos son probablemente inalcanzables aunque el
presidente mantenga rigurosamente sus presupuestos”. El
editorial explica que las estimaciones oficiales más optimistas
pronostican que la economía española se contraerá un 2% este año.
“Cuanto más se incrementan los impuestos en España más caen los
ingresos, lo que requiere aún
mayores recortes en los presupuestos. Se convierte todo en un ciclo
destructivo siempre a la baja”, matizan.
El editorial explica que las dificultades económicas de cada uno
de los países de la Unión Europa son diferentes por lo que a su vez
necesitan de remedios diferentes.
Cuentan que en el caso de España, su nivel de deuda es más bajo si
se compara con el resto de países, pero a pesar de esto su problema
se centra en la deuda privada. Por este motivo, el gobierno
tuvo que salir a apoyar a sus bancos ya que quedaron muy débiles
tras estallar la burbuja inmobiliaria. El periódico relata que este
hecho hizo que se disparara el déficit y se situara a unos niveles
que no se pueden sostener indefinidamente. “Sin
embargo, intentar acabar con el demasiado rápido podía contraer
problemas contraproducentes, el presidente del gobierno español lo
sabía y por ello pidió una revisión de los objetivos del
déficit para 2012 ya que veía imposible conseguir el objetivo del
4,4%”, dice el diario.
“En lugar de acceder a la petición sensata de Mariano Rajoy de
reducir el objetivo del déficit, los ministros de finanzas europeos
flexibilizaron un poco el dato situándolo en el 5,3%,
Los mercados de bonos rápidamente se dieron cuente de que España lo
tenía muy difícil para alcanzar esos objetivos. Así que los
prestamistas hicieron que subieran los tipos de interés de la deuda
española” apunta el periódico.
Para conseguir ese objetivo, Rajoy ha propuesto una serie de
malas medidas que no van a incentivar el crecimiento,
“ha recortado la inversión pública y esto es necesario para mejorar
la competitividad económica”. Además se han propuesto una
segunda ronda de recortes destinados a la educación y a la sanidad.
Eliminando la fuerza de trabajo de hoy para pagar los intereses de
una deuda de la burbuja inmobiliaria de ayer.
Finalmente el periódico concluye afirmando que
“estos recortes, podría haber sido
menos graves si la Unión Europea hubiera escuchado al Rajoy y le
hubiera dado una mayor flexibilidad a corto plazo para hacer unos
presupuestos menos austeros. Estos presupuestos se podrían
haber evitado si Merkel y sus socios hubieran reconocido la
necesidad de restaurar la competitividad económica del sur de
Europa. Para ello hubiera sido necesaria una mayor inversión en el
crecimiento y menos centrada en reducir el déficit al corto plazo”.