Bankia prolonga su batacazo en Bolsa. Cuando no han transcurrido
aún dos semanas desde el anuncio de la dimisión de Rodrigo Rato como
presidente, las acciones encadenan 10 sesiones consecutivas a la
baja. Hoy, además, el descenso ha cogido velocidad hasta la mitad de
la jornada, cuando Bankia ha remitido un hecho relevante a la
Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para tranquilizar a
los clientes y accionistas en el que ha negado que esté sufriendo
una fuga de depósitos.
En el texto, el banco asegura, sin dar datos, que "la evolución
de los depósitos en la primera quincena de mayo tiene un carácter
sustancialmente estacional". "Los depositantes de Bankia pueden
estar absolutamente tranquilos sobre la seguridad de los ahorros que
han confiado a la entidad", afirma su nuevo presidente, José Ignacio
Goirigolzarri, en el comunicado. La entidad añade, además, que no
espera "cambios sustanciales" en en los próximos días.
En una declaración posterior, Goirigolzarri, tras admitir que se
están viviendo “momentos económicos sumamente convulsos”, ha
insistido en que la actividad en Bankia está siendo “básicamente
normal en estos días”.
“Me parece importante destacar esto como me parece importante
también destacar que nuestros clientes se tienen que encontrar muy
confiados y muy seguros porque Bankia es una entidad tremendamente
sólida”, ha añadido. “Y no solo lo decimos nosotros, quienes
trabajamos en Bankia, si no porque así ha sido definido y declarado
por el Banco de España y por el Gobierno”, ha concluido.
El Gobierno, a través del secretario de Estado de Economía,
Fernando Jiménez Latorre, también ha descartado una huida de capital
de la entidad. Según ha declarado, el nuevo proyecto para Bankia
reúne todos los requisitos para ser un éxito de futuro, por lo que
ha defendido que es una buena ocasión para transmitir a los
depositantes un mensaje de tranquilidad.
En esta linea, Latorre ha reiterado que Bankia es un proyecto con
un tamaño y un potencial extraordinario y ha destacado que el nuevo
equipo de gestión de Bankia tiene una experiencia de éxito previa.
De la racha de jornadas en rojo que acumula el valor, la mayor
caída está siendo la de este jueves, en la que los títulos han
llegado a perder más del 29%, hasta los 1,171 euros. Las acciones
han recuperado más tarde parte de lo perdido y, a las 15.50, se
dejaban un 11%.
Una portavoz de la CNMV ha informado de que el supervisor "no
suspende un valor porque suba o baje, sino porque haya una
información no difundida de forma simétrica y, por tanto, algunos
inversores estén en una situación de privilegio por su acceso a
ella", informa Isabel Lafont.
En este caso, según el organismo, lo que hay es mucha especulación,
pero considera que todos los inversores tienen acceso a la
información como tal y pueden comprar o vender con libertad.
Los pequeños inversores que acudieron a la oferta pública de
suscripción por medio de la cual Bankia salió a Bolsa hace menos de
un año y que conserven sus títulos, acumulan ya pérdidas cercanas al
70% (del 68,8% entre su a 3,75 euros estreno y los 1,17 euros de
esta mañana). Con este correctivo, el valor total de Bankia en Bolsa
ya es inferior a los 3.000 millones que esos inversores pusieron,
sin contar siquiera la inyección posterior de fondos procedentes de
los titulares de participaciones preferentes. Eso quiere decir, bajo
la hipótesis de que el dinero inyectado se valore igual, que los
inversores conceden un valor negativo al negocio que Bankia sacó a
Bolsa.
Cerca de 400.000 inversores acudieron a comprar acciones de
Bankia, la mayor parte de ellos clientes de la propia entidad, que
planteó a sus oficinas objetivos muy ambiciosos de captación de
peticiones. Ahora, el desplome bursátil ha generado malestar entre
parte de la clientela e intranquilidad en muchos ahorradores, lo que
se está traduciendo en retiradas de depósitos de la entidad.
El valor de Bankia en Bolsa se sitúa en torno a los 2.700
millones de euros, lejos de entidades mucho más pequeñas como el
Banco Popular o el Sabadell, que rondan los 3.500 millones de
capitalización bursátil. Ni siquiera las fuertes compras de acciones
propias realizadas por la entidad para intentar frenar su desplome
han podido evitar el hundimiento.
Bankia no ha sido por ahora nacionalizada directamente, puesto
que el que ha pedido la entrada del Estado en su capital es el Banco
Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz del grupo. Sin embargo, las
exigencias de nuevas provisiones para el crédito clasificado como
teóricamente sano obligarán a la propia Bankia, que hasta ahora
carecía de ellas, a pedir ayudas públicas.
Los inversores esperan además que la reformulación de las cuentas
de 2011 por parte de los nuevos gestores suponga aflorar pérdidas
multimillonarias al reclasificar parte del crédito normal como
dudoso o subestándar, lo que exigirá fuertes provisiones. La pérdida
de valor de las participadas y las dudas sobre los créditos fiscales
también pueden afectar a las cuentas de la entidad. A eso se suma la
necesidad de hacer frente a las nuevas provisiones exigidas por la
reforma financiera del Gobierno de Rajoy.