La razón que impulsó a Marilyn Monroe a hacerse esta serie de
fotografías inéditas, no e
s
otra que su envidia hacia Liz Taylor. Al parecer, la ambición rubia
pensaba que los estudios Fox prestaban
más atención a su rival en belleza,
así que se vio obligada a pedirle a Schiller que le hiciera una
sugerente sesión de fotos a la orilla de la piscina.
Al principio, la rubia aparecía con un traje de baño tumbada boca
abajo cerca del borde de la piscina
para después salir del agua sin el bañador. Estas imágenes
nunca antes habían sido publicadas, por lo que Vanity Fair se ha
hecho con la exclusividad absoluta.
Aunque contenta con el resultado, era tal su enfrentamiento con
la actriz de la mirada violeta que, al terminar la sesión, le pidió
al fotógrafo: "Larry, si salgo de la piscina sin nada, quiero que me
garantices que cuando las imágenes
salgan en las portadas de las revistas, Elizabeth Taylor no
aparecerá por ningún lado del mismo número".
Además, Marilyn siempre se mostró orgullosa de su físico, pero
había veces que se sentía radicalmente insegura. "Todo tiene que ver
con los desnudos. ¿Es eso lo único
para lo que sirvo?", se quejaba Monroe a Schiller.
"Me encantaría demostrar que puedo
hacer publicidad sin tener que
enseñar mi culo", añadía. Y esa fue su última conversación,
al día siguiente la hallaron muerta a la edad de 36.