Todo fue muy rápido y en secreto, se especuló mucho sobre el
lugar y la fecha, y sorprendían a todos en una ceremonia
sencilla, cuyas fotos podemos ver en la portada de la citada
publicación. El enlace a escondidas se celebró en el monasterio
de Leyre, en Navarra.
La boda,
a la que no asistieron los príncipes de Asturias ni los padres
de Telma, se celebró con la única presencia de la hija de la
novia, un matrimonio amigo y los padres del novio. Telma, tuvo
que camina
r
hasta el altar con muletas, debido al accidente de esquí que
sufrió en Aspen, y no llevó el clásico vestido de novia, sino
que eligió un traje de chaqueta blanco con torera de manga corta
y pantalón estilo "palazzo”.
La hermana de doña Letizia, que accedió al monasterio con un
traje marrón, con el objetivo de no levantar sospechas y
despistar a la prensa, abandonó el templo con el mencionado
traje blanco, él mismo que lució en el discreto banquete que
estuvo compuesto por un menú del día elaborado con típicos
productos navarros. Ya por la noche y una vez la pareja se
convirtió en marido y mujer, los recién casados se reunieron con
los hermanos de Jaime, quien al parecer no conocieron la noticia
hasta ese momento.
Al par de días, el propio Jaime del Burgo hacía pública la
boda en una dura carta dirigida a los medios, en la que
criticaba a la prensa por su acoso a Telma y la familia Ortiz,
así como la culpaba de su decisión de marcharse a vivir a
Londres. Una misiva que como era de esperar no sentó nada bien
al colectivo de los periodistas dedicados a la información sobre
corazón.
La familia real no atraviesa sus mejores momentos, y acapara
los titulares no solo de la prensa rosa. Además del reportaje
del enlace se muestran imágenes de la llegada de la infanta
Cristina a Vitoria con motivo del fallecimiento del padre de
Iñaki Urdangarín y el emotivo encuentro de doña Cristina con su
marido en estos duros momentos. Fuente