Una canción con poca doblez: teclados tipo Ritmo de la noche,
de Mystic, y los efectos vocales del
vocoder a tope... y un estribillo digno de Enrique Iglesias
(“I’m addicted to you, porque es un vicio tu piel / Baby I’m
addicted to you, quiero que te dejes querer”) el single
vuelve sobre el abecé de Loca y Rabiosa.
Para trasmitir su cuelgue lúbrico esta Shakira (que es
capaz de recordar con su look tanto a Gwen Stefani como a
Rihanna) se presenta escasamente textil, muy delgada, más rubia que
nunca (lo siguiente sería un pelo tipo Neutrex Futura) y
con las uñas color azul turquesa.
El clip, dirigido por Anthony Mandler y grabado en un
solo día en Los Ángeles, recoge buena parte de los clichés que medio
mundo asocia a lo latino: señoras con mantón en un pueblo
pequeño de paredes encaladas, rosarios, suelos de barro... La
enésima escenografía decimonónica (por no hablar la bañera de estaño
o del cabecero-jaula-asidero de latón...).
Addicted to you es el quinto corte del álbum
Sale el sol
publicado en octubre de 2010 (sí sí, el mismo que el del Waka
Waka) y al que la colombiana parece querer sacar todo el
partido por la vía de la dosificación.
Pocos artistas controlan tanto los tiempos con los que deciden
liberar vídeos y fotografías con el fin de no dejar nunca
de estar en el candelero.
Además, en el caso de esta canción, la elección no parece
azarosa. Es un tema muy raramente interpretado en directo (más de
uno pensará que pertenece a un nuevo elepé) pero, al tiempo, es un
corte que ha demostrado cintura de single. De hecho se coló
en las listas de varios países (número uno en Ecuador y superventas
en México, Colombia, Rumania) y eso sin haber sido lanzado en
calidad de single como tal.
No es que hayan vuelto los restregones y caderazos de
Shakira. Es que nunca se fueron.