El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha vuelto expresar su
rechazo a la penalización del cultivo de coca en su país.
Evo, con una hoja de coca en la mano, ha tildado de "error
histórico" que se incluya en la lista de sustancias bajo control
internacional esta planta con usos
tradicionales y medicinales en Bolivia.
La protesta de Evo Morales se ha producido en el marco de la
Comisión de Estupefacientes de la ONU que se celebra estos días en
Viena.
"No hay ningún dato en el mundo que diga que esta hoja de coca
haya hecho daño a la salud ni al ser humano", subrayó Morales en un
discurso de medio hora que acabó
con aplausos de numerosas delegaciones.
Morales incluso mostró desde el
podio toda una amplia gama de productos fabricados con hoja
de coca, como mermelada, té, mate, refrescos, e incluso un licor
elaborado en Holanda.
Productores, no narcotraficantes
"Los productores de la hoja de coca no somos narcotraficante, los
consumidores no somos narcodependientes", relató Morales, para
explicar que se recuperó recientemente de una
dolencia en el estómago gracias al mate de coca.
El mandatario boliviano también destacó en su discurso los
avances hechos en su mandato en la
lucha contra el narcotráfico y el propio compromiso de los
cultivadores de hoja de coca de racionalizar sus cosechas.
"En Bolivia no va a haber libre
cultivo de coca, pero tampoco va a haber cero de coca",
destacó.
También lamentó que los narcotraficantes tengan "mayor equipamiento
y mayor tecnología que el Estado mismo", lo que hace difícil la
lucha contra las drogas para un Gobierno con escasos recursos.
Por ello, solicitó a la comunidad internacional "su participación
efectiva con radares, helicópteros, aviones tripulados y no
tripulados para que el combate contra las drogas sea mucho más
efectivo".
Readmisión de Bolivia
Bolivia decidió el pasado junio
retirarse de la Convención Única sobre Estupefacientes de
la ONU, arguyendo que veta el masticado de la hoja de coca, ya que
clasifica esa planta como estupefaciente y la somete a control
internacional.
El mismo día de la entrada en vigor la medida, el 1 de enero de
este año, La Paz volvió a solicitar su adhesión a la Convención,
pero con una reserva sobre la
prohibición del uso de la hoja de coca en Bolivia para
fines tradicionales.
Los 184 países que forman parte de la Convención Única sobre
Estupefacientes tienen un año de
plazo, hasta enero de 2013, para decidir sobre la
readmisión de Bolivia, que debe ser sometida a votación en el
Consejo Económico y Social de la ONU.
Si un tercio de las naciones rechaza la reserva, el país andino
no recuperará su condición de Estado miembro de la
Convención.
Con 31.000 hectáreas sembradas,
Bolivia es el tercer productor de hoja de coca del mundo,
después de Colombia y Perú, de las cuales 12.000 son legales y están
destinadas a usos tradicionales.