Naciones Unidas calificó al
gobierno de Siria como uno de los peores en su anual "lista de la
vergüenza" de países en conflicto en los que los niños son
asesinados, torturados o forzados a combatir.
Organizaciones de derechos
humanos estiman que cerca de
1.200 niños murieron en los 15
meses que dura la sublevación contra Al Asad, cuya brutal
represión ha sida condenada por la comunidad internacional.
"Rara vez he visto una
brutalidad semejante contra los niños como es la de Siria,
donde niñas y niños son arrestados,
torturados, ejecutados y usados como escudos humanos", dijo
a la AFP Radhika Coomaraswamy,
representante especial para los niños en conflictos armados de la
ONU, antes de la presentación del reporte.
Los civiles, entre ellos niños, son bombardeados de forma
indiscriminada si el gobierno piensa que donde se encuentran hay
miembros del Ejército de Liberación Sirio.
En al menos una ocasión, niños de entre 14 y 16 años y una niña
de 9 fueron interrogados por la deserción de algunos sospechosos.
Algunos menores fueron detenidos o torturados porque
se pensaba que tenían relación con
algún miembros del ejercito de la oposición o porque ellos mismos
eran sospechosos de serlo.
Las fuerzas y los matones del régimen han utilizado incluso
colegios como centros de detención.
En celdas improvisadas se llevaron a cabo torturas, tanto a adultos
como a menores.
Las fuerzas gubernamentales de Siria
capturaron a decenas de niños de
entre ocho y trece años antes de perpetrar un ataque en el pueblo
Ayn Aruz, en la provincia de Idlib (noroeste), el
día 9 de marzo, dice el
reporte.
Los niños fueron "usados por los
soldados y miembros del ejército como escudos humanos,
poniéndolos frente a las ventanas
de los autobuses que transportaban personal militar para
efectuar el ataque al pueblo",
precisó.
Apoyándose en testimonios de
gente que estuvo en el lugar de los hechos, el reporte de
la ONU asegura que el ejército sirio, así como los
servicios de inteligencia y la milicia Shabiha, partidaria
de Al Asad, acordonaron el pueblo
para perpetrar un ataque que duró cuatro días.
Entre los 11 muertos del primer día, había
niños de entre 15 y 17 años.
Otras 34 personas, entre ellas dos niños de 14 y 16 años, fueron
arrestados.
"Se estima que la mitad del
pueblo fue quemado y que cuatro de los 34 detenidos fueron
ejecutados y calcinados, incluyendo a los
dos niños de 14 y 16 años", añadió el reporte.
El secretario general de la ONU,
Ban Ki-moon, dijo que el informe desveló una de
muchas "violaciones graves" contra
los niños.
El gobierno sirio y las milicias que le son partidarias
estuvieron entre los nuevos integrantes de la lista de la vergüenza
de la ONU, junto con organizaciones y partidos políticos de Sudán y
Yemen.
Aunque no solo el régimen estaría utilizando a niños, según
apunta el informe. También el
Ejército Libre Sirio habría utilizado a menores. A pesar de
que la organización ha negado que reclute a jóvenes de menos de 18
años, varias fuentes apuntaron que
habían visto a niños vistiendo el uniforme de camuflaje y portando
armas.
El informe finalizó antes de que
ocurriera la masacre de Hula (centro) el 25 de mayo, en la
que 49 de las 108 víctimas parecen
haber sido niños, algunos de dos y tres años, quienes
fueron ultimados de un disparo en
la cabeza o cuyos cráneos fueron brutalmente golpeados.
"La mayoría de los niños que fueron víctimas de tortura dijeron
haber sido golpeados, impedidos de
ver, sometidos a situaciones de estrés, azotados con pesados cables
eléctricos, quemados con cigarrillos y en un caso se
reportó el uso de choques
eléctricos en los genitales", abundó el reporte.
La violencia se intensificó en Siria en las últimas semanas, a
pesar de la supuesta vigencia de un alto al fuego acordado en abril.
Según la oposición al gobierno de Asad, más de 14.000 personas
murieron desde el comienzo de la rebelión contra el gobierno, en
marzo de 2011.