También a partir de dicha será ilegal el comercio de cualquier
otro producto derivado de patos y gansos cebados a la fuerza para
producir el paté de hígado graso, una
decisión "basada más en las
emociones que en la ciencia", según dijo el salvadoreño
Guillermo González, único
productor de foie gras en California.
Solo existen otras dos empresas
productoras en el país de esta "delicatessen" que, en su
versión más elaborada, cuesta unos 60 dólares por libra.
Debido a la aplicación de la ley, su empresa familiar, Sonoma
Artisan Foie Gras, se verá obligada a cerrar en los próximos días
tras más de 25 años ofreciendo unos
productos, según González, "de la más alta calidad" y "con
el mayor de los respetos hacia la crianza de los animales".
"Nuestra compañía ha creado puestos de trabajo, pagado impuestos
y contribuido a la excelencia en el mundo culinario de California y
a lo largo del país", indicó González, quien se quejó de que
"a la ciencia no se le ha dado un
papel en este debate".
El demócrata John Burton fue el
legislador californiano, ya retirado, que diseñó la ley
aprobada en 2004 por el entonces gobernador Arnold Schwarzenegger y
que calificaba como "crueles" los métodos empleados para obtener el
producto.
"No deberíamos introducir un
tubo en la garganta del pato y forzarle a comer para hacer
foie gras", dijo Burton al presentar la medida. "Es un proceso
inhumano que otros países han prohibido. Me alegro de que California
se una a la lista", agregó.
Para González, este es el triunfo de "una minoría poderosa",
en referencia a defensores de los
derechos de los animales, activistas "anticarne" y grupos
"bien financiados y organizados" que no han dudado en llevar a cabo
actos vandálicos contra su granja -destrozos y robo de patos
incluidos- mientras los políticos, reveló, han ignorado sus derechos
"civiles y humanos".
El plazo para buscar un
proceso distinto y más sensible al "gavage" (el término usado para
denominar el cebado de las aves) se
acaba, y a pesar de varios intentos por "humanizarlo” no se
ha dado con una solución.
Restauradores y grupos como CHEFS (Coalición para Estándares de
Producción Humanos y Éticos) han tratado de convencer a los
legisladores para derogar la medida,
ante la respuesta airada de Burton: "Me gustaría hacerles
comer grasa de pato y de ganso; o mejor, avena seca, metiéndosela en
la garganta una y otra vez".
Para producir el foie gras se
obliga a los animales a ingerir, a través de un embudo,
grandes cantidades de alimentos -principalmente granos de maíz
hervido- con la ayuda de bastones o aire a presión.
De esa forma su hígado aumenta
hasta diez veces su tamaño y adquiere ese sabor tan
característico, si bien la calidad del producto depende de la
alimentación de las aves y del cuidado puesto en la extracción del
hígado y su posterior elaboración.
La técnica del "gavage", no obstante,
se ha prohibido en países como
Dinamarca y Finlandia, donde se considera tortura animal.
"Consideramos que el 'gavage', hecho de forma correcta,
no resulta doloroso ni daña a los
patos o a las ocas", apuntó González.
La polémica está servida. Hay quienes ven la situación como
una ocasión ideal para probar otros productos.
"Es un alimento importante pero sin él también se puede cocinar",
declaró Perfecto Rocher, chef del restaurante Lazy Ox Canteen, en
Los Ángeles. "Hay
otros productos más baratos que saben más o menos igual",
explicó.
"No está bien culpar a un solo sector.
No me gusta que señalen a
una industria en concreto por algo que sucede también con otros
animales", indicó Frank Margarie, propietario del restaurante
francés Clafoutis, situado en Sunset Plaza.
Al final, lo que molesta
realmente a González es que se haya logrado imponer lo que
se debe servir en un restaurante.
"Se suprime la libertad de
elección para chefs y consumidores. ¿Qué producto será el
siguiente?", se preguntó.