«Muchos de estos últimos no dieron el paso finalmente de formar
parte de nuestra entidad, porque ya les explicamos desde el
principio que los programas son muy duros, pero a cambio tienen
un éxito del 85-90%. Después de dos años de trabajo y cuando
obtienen el alta terapéutica, solo diez de cada cien vuelven a
probar la droga. Hablamos de usuarios que, en muchos casos,
estaban muy desestructurados antes de llegar a nosotros»,
explicó Manuel Mingorance en la presentación del Anuario 2011 de
la asociación. Durante ese tiempo, 36 personas recibieron el
alta y volvieron a hacer vida normal.
Ese es el lado positivo
del trabajo. Pero en Proyecto Hombre narran también que la
desesperación por la búsqueda de empleo de muchos andaluces ha
elevado el consumo de las drogas. «En concreto del alcohol, por
ser una sustancia barata. Sin embargo, termina siendo la puerta
de entrada a otros productos ilegales más caros. Se ha disparado
porque también influye la presión del grupo y porque es una
droga legalizada. La edad de inicio en la bebida está en los 14
años», explica el responsable provincial.
Por otra parte, el consumo de cocaína requiere un alto poder
adquisitivo. «El hecho de no poder acceder a su compra con
facilidad ha estimulado a algunas personas a intentar dejarla y
acudir a nosotros en busca de ayuda», matiza Manuel Mingorance.
Un 15% más de adolescentes
Mingorance estima que el incremento de demandantes de ayuda
respecto del año pasado ha sido de un 10% aproximadamente.
También ha subido un 15% la franja de consumidores de entre 14 y
16 años, en la que se han atendido a 201 personas (5 mujeres).
116 de ellas fueron derivadas por la Fiscalía de Menores, ya que
tenían problemas con el hachís, marihuana y especialmente con el
alcohol. «Esta última es la realidad que más crece», apostilla
el experto, que también asocia a ese prototipo de usuarios una
baja motivación y fracasos escolares.
Hace 30 años bastaba con un único programa para atender
fundamentalmente a heroinómanos. Hoy las cosas han cambiado y
deben adaptarse a los distintos perfiles, adicciones y edades
diversas. Por ejemplo, desde hace cinco años Proyecto Hombre de
la capital cuenta con un programa de apoyo a cocainómanos,
alcohólicos y ludópatas que se celebra todos los días de 7 a 10
de la noche para que los 60 asistentes puedan compatibilizarlo
con su horario laboral. «Son empresarios, gente de la noche,
comerciales, ejecutivos, funcionarios... poco deteriorados y que
en el 98% de los casos toman habitualmente alcohol y cocaína. La
mayoría de sus familias, además, desconoce su problema», ilustra
Manuel Mingorance, quien recalca que esta iniciativa está dando
muy buenos resultados.
22 empleos y 93 voluntarios
En Proyecto Hombre Granada hay 22 trabajadores asalariados
-la mayoría de ellos terapeutas- y 93 volun
tarios.
Sus cuatro sedes están: en Granada capital (calle Santa Paula,
20), en Motril (calle Barranco de la Higuera, 11), en Guadix
(Polígono la Espartera, s/n., teléfono 958 663307) y una casa
para internos en Huétor Santillán, además de la labor que llevan
a cabo en el módulo 12 del Centro Penitenciario de Albolote,
donde realizaron el abordaje de 47 reclusos el año pasado,
además de proporcionar información a 116 internos.
El
ejercicio 2011 se cerró para esta entidad con un superávit de
60.000 euros que se han destinado a cubrir el déficit de años
anteriores.
«La droga actúa como anestesia emocional y puede suponer para
algunos individuos una huida, un escondite para dejar la
frustración del paro o de una mala situación económica. Algo que
en realidad es un engaño», deja claro el presidente de Proyecto
Hombre Granada. La edad media de sus usuarios ronda los 25-30
años y, con excepciones, proceden de una situación familiar poco
estable y son poco conscientes de la gravedad del problema que
tienen, señala la memoria. Fuente