El Ejército del presidente siro, Bachar el Asad, intentaba este
lunes recuperar los barrios del sur de la ciudad en los que la
guerrilla se atrincheró el domingo a mediodía, y donde más de 24
horas después seguía resistiendo los embates pese a su inferioridad
armamentística. En Al Tadamon, donde el enfrentamiento era más
intenso, se combatía calle por calle, como muestran las
imágenes rodadas por partidarios el Ejército Sirio Libre (ESL).
Tras varias horas de bombardeo en la tarde y noche del domingo y
en la madrugada del lunes, las unidades de élite han enviado a la
zona a decenas de carros de combate, que los vecinos de Damasco
pudieron observar circulando en fila por algunas arterías, y
helicópteros
artillados. Frente a ellos, el ESL solo posee fusiles,
metralletas, granadas y armas antitanque. Sus milicianos, muchos de
ellos desertores del Ejército regular, y jóvenes damasquinos
han cortado varias avenidas para bloquear la contraofensiva.
Pero mientras las fuerzas gubernamentales intentaban reconquistar
el sur de la ciudad, también han tenido que hacer frente a
incursiones de sus enemigos en otros barrios más céntricos, como
Kefar Suse, Zahera y, sobre todo,
Midan, hasta ahora inmunes a la guerra civil. En
Midan varios
agentes del régimen cayeron en una emboscada callejera. Decenas
de vehículos blindados permanecieron apostados en la zona. El centro
de Damasco estaba tomado por el Ejército.
El centro histórico de la capital siria permanecía tranquilo el
lunes aunque con muy poca actividad. La circulación era escasa y la
mayoría de los comercios han permanecido cerrados. Las tiendas
echaron apresuradamente el cierre, el domingo por la tarde, cuando
el estruendo de los bombazos llegó a oídos de los transeúntes en los
animados barios de Al Haria y Mehdat Basha.
Buena parte de la población permanecía encerrada en sus casas sin
luz en muchas ocasiones porque los cortes eran frecuentes, según han
señalado algunos vecinos de la capital a través de las redes
sociales. Pero, sorprendentemente, en varios barrios grupos de
jóvenes han salido a las calles saltando y gritando eslóganes contra
El Asad. Sucedió, por ejemplo, en el distrito popular de
Beit Sahem, pero también en el selecto de
Al Mezze, donde reside la burguesía. “No me puedo creer que
hasta aquí han llegado las protestas”, gritaba alegre, a través de
Skype, una vecina del barrio.
Desde que hace 16 meses estalló la rebelión en Siria contra el
régimen de El Asad se habían producido algunas escaramuzas nocturnas
en la capital, pero nunca unos enfrentamientos tan violentos,
prolongados y a plena luz del día como los que empezaron el domingo.
“Se oyen explosiones y
se ven columnas de humo”, comentó vía Skype, al caer la noche
del domingo, una vecina que ocupa un ático en el acomodado barrio de
Al Mezze. “Nunca habían tenido tanta intensidad”, añadió. En aquel
momento el Ejército bombardeaba con morteros varios distritos
meridionales antes de dar el asalto.
Los enfrentamientos han provocado desde el domingo la clausura de
varios accesos a Damasco, como la autovía de Deraa, que enlaza
Damasco con la frontera de Jordania, y la carretera que conduce al
aeropuerto, cerrada por las autoridades por razones de seguridad.
Aunque el toque de queda no fue formalmente declarado en la noche
del domingo, en Damasco “solo circularon vehículos del Ejército y
ambulancias”, señaló la mujer de Al Mezzé que pidió que se no
publicara su nombre. Las ambulancias trasladaban a los heridos del
Ejército regular hasta los hospitales.
La
agencia de prensa oficial SANA dio en pocas líneas una versión
diametralmente opuesta de lo sucedido en el sur de la ciudad. Indicó
que “un grupo terrorista” provocó explosiones en el barrio de Al
Tadamon, pero que fue descubierto por las fuerzas de seguridad, que
causaron numerosas bajas en las filas enemigas.
Los opositores sirios en el exilio acudieron entusiasmados, el
domingo por la noche, a las televisiones árabes vía satélite para
comentar la buena nueva. “La revolución gana terreno y el cerco se
estrecha sobre el régimen, que incluso allí donde se sentía seguro
está ya al alcance de la ira del pueblo”, afirmó
George Sabra, portavoz del Consejo Nacional Sirio, que reagrupa
al grueso de la oposición en el exilio.
Pese a los apuros en los que está sumido El Asad, Rusia continuó
expresándole su apoyo a través de su ministro de Asuntos Exteriores,
Serguéi Lavrov. “No es realista” pedir a Moscú que se le presione
para que dimita", declaró Lavrov, según la
agencia
RIA Novosti. El Asad “no se irá, no solo porque le respaldamos,
sino simplemente porque una parte significativa del pueblo de Siria
le apoya”. Lavrov se entrevistará el martes en Moscú con el mediador
de la ONU en el conflicto sirio, Kofi Annan.