La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, se erigió la
semana pasada en uno de los jefes de Estado de América Latina que
más mensajes emite por cadena nacional, es decir, con la
interrupción obligatoria de toda la programación pública y privada
para transmitir sus palabras.
Fernández pronunció en cinco días cuatro discursos televisados,
de los cuales tres fueron transmitidos por todas las emisoras del
país.
Sumó así 11 cadenas nacionales (mensajes de
retransmisión obligatoria) desde que asumió su mandato hace ocho
meses. La mandataria solo se ve superada en ese terreno por el
venezolano Hugo Chávez y el ecuatoriano Rafael Correa.
El propio presidente de Venezuela se ha pronunciado este sábado
sobre la conveniencia de estos mensajes que emplean canales
públicos. Según él son "parte de la estrategia comunicacional del
gobierno". "Las televisoras privadas no cubren esto [la inauguración
de una nueva planta en un complejo petroquímico]. Los diarios en
manos de la burguesía no le dan cobertura a estos actos,y si le dan
es un recuadrito en la última página", ha asegurado.
A pesar de que Cristina Fernández recibió críticas por el abuso
de la cadena tras el segundo mensaje emitido en una semana —aquél en
el que se refirió al ministro de Economía español, Luis de Guindos
como el “pelado [calvo] ese”— al día siguiente volvió a hacer uso de
esta prerrogativa para inaugurar una feria de tecnología.
Y volvió a cosechar más críticas.
Con sus 11 cadenas en ocho meses, Fernández supera los 11
mensajes pronunciados en Chile por Sebastián Piñera desde marzo de
2010, la veintena de cadenas que emitió el presidente Felipe
Calderón en seis años, las siete de la brasileña Dilma Rousseff
desde enero de 2011 hasta hoy y las tres del uruguayo José Mujica
desde marzo de 2010.
Cristina Fernández supera también a las 16 alocuciones
pronunciadas por el colombiano Juan Manuel Santos en 24 meses, desde
agosto de 2010. Santos acostumbra a iniciar sus discursos
presentando “excusas por la interrupción”, ya que suelen emitirse en
horario de máxima audiencia, cuando millones de colombianos
disfrutan de sus telenovelas preferidas. Y supera igualmente al
boliviano Evo Morales, quien solo ha recurrido a esta figura legal
una vez en 2012 para celebrar el aniversario de su Administración.
Aunque la ley en Bolivia obliga a todos los canales a sintonizar el
mensaje del mandatario, muchos privados no lo hicieron. Ni siquiera
se engancharon al mensaje que pronunció en las emisoras estatales
durante la crisis de marzo con el motín de la policía.
Las siete ocasiones en que Dilma Rousseff usó las cadenas
nacionales fueron con ocasión de la apertura del año escolar, el día
del Trabajo, de las Madres, de las Mujeres, del Año Nuevo o de la
Fiesta Nacional. Piñera, en Chile, suele usarla para anunciar las
cuentas públicas y también, en tres ocasiones, para difundir
acuerdos en materia de Educación, tal vez el sector donde más
críticas ha sufrido su Gobierno.
En Perú no existe ninguna norma que obligue a los canales a
sintonizar en cadena. De hecho, la expresión cadena nacional
solo resulta familiar para quienes han rebasado ampliamente los
treinta años. A pesar de eso, el presidente Ollanta Humala difunde
sus discursos durante los días de fiesta nacional por los canales
del Estado. Y las emisoras privadas procuran sintonizarlo, pero no
tienen la obligación de usar la misma señal.
En Argentina, algunas veces el motivo de los mensajes se conoce
con antelación, como en el aniversario de la independencia. Pero en
otras ocasiones se desconoce por completo el tema sobre el que
versará el discurso. El Gobierno anuncia que en unas horas la
presidenta se dirigirá a la nación por cadena nacional y
todos los periodistas aguardan expectantes el momento. Unas veces
sus mensajes pueden ser de una relevancia incuestionable, como el
anuncio de la expropiación del 51% de las acciones de Repsol en YPF
el pasado 16 de abril; y otras veces Fernández se limita a inaugurar
alguna feria y aprovechar para extenderse sobre los numerosos logros
alcanzados por su Gobierno.
Durante décadas, en algunos países de América Latina se abusó de
las cadenas nacionales. En Paraguay, por ejemplo, esta figura quedó
abolida tras la dictadura (1954-1989) de Alfredo Stroessner,
precisamente debido al uso constante que los militares hicieron de
ella. Ahora, los canales privados no tienen la obligación de
sintonizar con los mensajes presidenciales. Cuando un presidente
quiere darle mayor difusión a su mensaje de Navidad contrata
espacios en los canales donde pretende difundirlo.
En México, su uso se ha vuelto también muy moderado. “Aquí hay un
enorme gasto de las instituciones en medios de comunicación
privados”, explica Raúl Trejo, miembro del Instituto de
Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de
México. “La presencia más importante del Gobierno en los medios se
produce a través de la publicidad pagada. Pero el empleo de la
cadena solo se hace en casos excepcionales. Los últimos presidentes
la han utilizado solo para difundir saludos de Año Nuevo o para
hablar sobre alguna decisión relevante. Por ejemplo, Felipe Calderón
lo hizo el 1 de julio para reconocer el triunfo de Enrique Peña
Nieto”.
En Venezuela, sin embargo, el presidente Hugo Chávez suma en lo
que va de año 75 horas y 20 minutos por cadena nacional. La cifra se
desprende del conteo realizado por
la ONG
Monitoreo Ciudadano en su página del cadenómetro más la
suma de 9 horas y 49 minutos que Chávez empleó el 13 de enero para
presentar las cuentas de su mandato ante el Parlamento y que marcó
su propio récord.
Esas 75 horas se han registrado a pesar del cáncer que sufre el
mandatario desde hace más de un año. En otras épocas de mejor salud
llegó a recurrir a la cadena nacional una hora cada día.
Con los Gobiernos anteriores esta figura solo se usaba cuando había
anuncios muy importantes que hacer o el día de año nuevo. Y en
ningún caso superaban la media hora de transmisión.
A Venezuela solo se le aproxima Ecuador, donde según la
Fundación Ethos, con sede en México, desde que el presidente Rafael
Correa accedió al poder en 2007 hasta mayo de 2011 se contabilizaron
1.025 cadenas nacionales. Esa cifra no incluye los Enlaces
Ciudadanos que cada sábado emite Correa por espacio de tres
horas y que son transmitidos por medios estatales y algunos canales
privados. Solo esos programas suman 280 emisiones hasta la fecha.
Varios críticos han rechazado la constante utilización que hace
Correa de las cadenas para combatir a opositores y medios de
comunicación privados. El Gobierno, por su parte, señala que con su
uso solo pretende “desvirtuar las mentiras repetidas y orquestadas
por ciertos medios de comunicación”.
Cristina Fernández se encuentra muy lejos de las cifras que
presentan Chávez y Correa. Pero el tercer puesto es
indiscutiblemente para ella.