Rafael Nadal se ha mostrado hasta ahora modélico en todas las
facetas de su vida pública: en su juego, en la victoria, en la
derrota, en la deportividad, en la humidad… ¿En todo? No parece
haber persona perfecta, ni siquiera el tenista manacorí, quien, de
la noche a la mañana, se ha visto salpicado por informaciones que le
acusan de evadir impuestos y de
utilizar Guipúzcoa como paraíso fiscal.
Así lo ha publicado Primeran,
un medio digital vasco que ha desgranado con todo tipo de detalles
cómo el entorno de Nadal creó
supuestamente un engranaje de empresas en el País Vasco a
través de las que habría gestionado sus derechos de imagen
sin apenas pagar impuestos.
La actividad, que según un portavoz de la Diputación de
Guipúzcoa, estaría siendo
inspeccionada por Hacienda, se acogía al controvertido
régimen específico de la Sociedad
de Promoción de Empresas, una figura existente en el País
Vasco que obtiene ventajas fiscales a cambio de la "promoción o el
fomento de empresas mediante la participación temporal en su
capital".
Así, según el diario digital, Nadal (o su entorno a través de é)
habría creado tres compañías:
una cabecera, denominada Debamina
S.L., otra denominada
Aspermir S.L. y la última
Goramendi Siglo XXI, encargada de gestionar los derechos de
imagen, todas ellas domiciliadas en el País Vasco desde 2006 hasta
finales del 2011. La estrategia fiscal, según el mismo medio,
habría sido la de mover el dinero de una a otra hasta el punto de
que Aspemir declaró entre 2005 y
2009 unos beneficios de 47,37 millones de euros, de los que
solo pagó poco más de 11.000 euros
en cuestión de impuestos.
El gabinete de comunicación de Nadal se ha apresurado, no
obstante, a responder a estos datos asegurando que
el manacorí "ha tenido residencia
fiscal en Baleares desde el inicio de su carrera, como
persona física", a la vez que añade que tras un período en el que su
domicilio social estuvo en territorio vasco, trasladaron (las
empresas) su domicilio a Baleares, no habiéndose beneficiado como
consecuencia de este traslado de lo previsto por el régimen fiscal
anterior."
No obstante, y a pesar del comunicado, lo cierto la empresas sí
podrían haberlo hecho, siempre dentro de la legalidad, teniendo en
cuenta que cada sociedad liquida
impuestos cada ejercicio según su domicilio social. A
partir de ahí, y aprovechando la ley, pueden cambiarlo, como acaban
de hacer, evitando así pagar una suma mayor previamente. Se trata,
por
lo que parece, más un debate ético
que jurídico, a la espera de movimientos por parte de algún
organismo oficial.
Sea como fuere, el domicilio
fiscal supone siempre un tema de debate al hablar de
deportistas. A pesar de que la ley lo estipula como aquel en el que
la persona vive más de 183 días al
año, algunos deportistas como los
tenistas, que
se pasan la mayor parte de la
temporada compitiendo alrededor del mundo, pueden sortear
las normas con mayor cintura, de ahí que muchos, no solo en España,
tengan fijada su residencia en
Suiza, Mónaco u otros 'paraísos fiscales'. Así ocurrió, por
ejemplo, con Arantxa Sánchez
Vicario, que fue condenada
a pagar 3,5 millones de euros a Hacienda por engañar al
estado estableciendo su residencia
en Andorra cuando, según para la Audiencia Nacional, se
encontraba realmente en España.