El régimen de Ahmadinejad vio afectada su capacidad importadora
de bienes básicos como consecuencia de las medidas contra su plan
nuclear. Productos como el arroz, el pan y la carne duplicaron su
precio.
Irán está recurriendo al trueque, ofreciendo lingotes de oro y
petróleo a cambio de alimentos, debido a que las nuevas sanciones
financieras están afectando su capacidad de importar bienes básicos
para su población, dijeron el jueves operadores.
La dificultad para cubrir sus necesidades de importación
contribuyó a fuertes aumentos del precio de los alimentos, lo que
provocó problemas para sus 74 millones de habitantes, semanas antes
de una elección considerada como un referendo sobre las políticas
económicas del presidente Mahmoud Ahmadinejad.
Las nuevas sanciones impuestas por los Estados Unidos y la Unión
Europea (UE) para castigar a Irán por su programa nuclear no impiden
a las compañías vender alimentos a Teherán, pero complican las
transacciones financieras necesarias para pagar las compras.
Sondeos de Reuters entre operadores de materias primas en todo el
mundo mostraron que, desde el comienzo del año, Irán tiene problemas
para importar bienes básicos como arroz, aceite de cocina, forraje y
té.
Buques con granos esperan fuera de los puertos porque se niegan a
hacer las entregas sin percibir los pagos. Con el derrumbe del rial,
los precios del arroz, el pan y la carne en los almacenes se
duplicaron en dólares en los últimos meses.
En el pasado, los importadores de granos iraníes habían evitado
las sanciones contratando servicios a través de los Emiratos Árabes
Unidos, dijeron operadores, pero esa opción fue bloqueada por el
Gobierno de EAU en respuesta a las nuevas medidas.
Irán comercializó su petróleo en divisas como el yen japonés, el
won surcoreano y la rupia india, pero esos acuerdos dificultan la
repatriación de ganancias.
Los pactos revelados el jueves parecen ser los primeros en los
que Teherán se ve forzado a recurrir al trueque, una señal de la
emergencia que está atravesando para comprar comida y sortear las
sanciones.
“Los acuerdos de granos se están pagando en lingotes de oro y se
están ofreciendo trueques que involucran petróleo”, dijo un
operador. “Están metidas algunas de las principales casas de
comercio”, agregó.
Otro afirmó: “Como los embarques de granos son tan grandes, el
trueque o los pagos en oro son la opción más rápida”.
Momento crucial
Las dificultades económicas en Irán están sucediendo en un
momento crucial para su política interna y su diplomacia nuclear con
Occidente.
Los Estados Unidos y la UE dicen que las sanciones son necesarias
para obligarlo a negociar antes de que produzca suficiente material
nuclear como para una bomba atómica. Teherán asegura que su programa
es pacífico.
El mes pasado comenzó a enriquecer uranio en un nuevo búnker
subterráneo para proteger a la actividad de posibles ataques
militares.
Las autoridades iraníes niegan que las sanciones estén teniendo
un impactoeconómico serio y aseguran que su pueblo está dispuesto a
soportar cualquier problema para apoyar su derecho soberano a contar
con tecnología nuclear.
La elección parlamentaria del 2 de marzo será la primera desde
los comicios presidenciales de 2009, cuando la fraudulenta
reelección de Ahmadinejad desató ocho meses de violentas protestas.
El Gobierno iraní suprimió exitosamente ese levantamiento. Pero,
desde entonces, la Primavera Árabe reveló la vulnerabilidad de los
Estados autoritarios en la región frente a una población
descontenta y cansada de las dificultades económicas.
Según operadores de materias primas en Asia, los cargamentos de
aceite de palma a Irán de los dos principales proveedores, Indonesia
y Malasia, fueron interrumpidos debido a que los agentes temen no
recibir sus pagos.
En tanto, una fuente comercial de Arabia Saudita cuya firma
maneja una planta de 16 mil toneladas por año que refina aceite de
cocina dijo que el sector apenas está operando.
En público, las compañías y países dicen que seguirán negociando
con Irán siempre y cuando siga siendo legal. “Como todas las
compañías internacionales, hacemos negocios ahí, pero uno tiene que
ser muy cuidadoso”, dijo a Reuters Paul Conway, presidente de la
empresa agroindustrial estadounidense Cargill, en una entrevista el
miércoles.