Henrique Capriles Radonski habla poco y habla despacio. Cuando lo
hace, mueve las manos como si sostuviera un grano de arroz entre el
pulgar y el índice derechos. “Yo he sido el alcalde de todos. Soy el
gobernador de todos.
Y quiero ser el presidente de todos los venezolanos, de los que
piensan como yo y de los que piensen distinto a mí”, dijo Capriles
el 4 de diciembre de 2011, con el grano de arroz imaginario entre
los dedos, al despedirse del segundo debate televisado entre los
precandidatos de la oposición. Este domingo, más del 60% de quienes
votaron en las elecciones primarias organizadas por la opositora
Mesa de la Unidad Democrática (MUD), han decidido que sea él el
rival único que enfrentará a Chávez en las presidenciales del 7 de
octubre, donde el comandante aspira a reelegirse a un tercer mandato
consecutivo de seis años.
En noviembre de 2008, Henrique Capriles Radonski fue electo con
el 52,5% de los votos como gobernador del Estado capitalino Miranda,
el segundo más poblado del país. Le ganó la carrera a Diosdado
Cabello: excapitán del Ejército, del círculo más cercano a Chávez,
exvicepresidente de la República, expresidente encargado durante el
golpe de Estado de abril de 2002, y gobernador de Miranda en aquel
momento. Hasta esa fecha y desde el año 2000, Capriles había sido,
durante dos periodos consecutivos, alcalde de Baruta: el segundo
municipio más rico de los cinco que conforman el área metropolitana
de Caracas. Y aún antes, en 1998, con 26 años, fue el presidente más
joven que hasta entonces había tenido la Cámara de Diputados del
antiguo Congreso bicameral de Venezuela.
Capriles comenzó en la política en 1998, a instancias de un primo
que le invitó a ser candidato a diputado por el partido
socialcristiano Copei. “Desde los 11 años me interesó la política.
Siempre le decía a mi madre que cuando cumpliera 18 años me iba a
inscribir en un partido. Pero nunca lo hice porque la política en
Venezuela se fue desprestigiando muchísimo, había un proceso de
desgaste y una total desconexión de los partidos con los
venezolanos. Salvo mi primo, el único político de la familia soy
yo”, ha dicho Capriles a EL PAÍS. En el año 2000, participó en la
fundación de
Primero Justicia: un partido que se autodefine como “humanista”,
promotor de una “economía social de mercado. Primero Justicia y una
coalición de centroizquierda conformada por los partidos Podemos,
Patria Para Todos, Causa Radical y un sector del Movimiento al
Socialismo –los dos primeros, ex aliados del chavismo— fueron los
que apoyaron a Capriles en las primarias de este domingo.
Capriles Radonski proviene de dos familias de inmigrantes judíos
que llegaron a Venezuela escapando del nazismo y que hicieron
fortuna. Los Capriles están asociados a la banca, la construcción y
los medios impresos. Y los Radonski son dueños del circuito de salas
de cine más grande del país. Hijo de Enrique y Mónica, Henrique es
el segundo de tres hermanos.
El 12 de abril de 2002, mientras duró el efecto del golpe de
Estado que derrocó a Chávez durante 48 horas, un avispero de
antichavistas se abalanzó sobre la sede de la Embajada de Cuba en
Venezuela, en el municipio que gobernaba Capriles, por la sospecha
de que allí se escondía un ministro de Chávez. Dos años después, el
11 de mayo de 2004, el alcalde fue detenido por la Dirección de
Servicios de Inteligencia y Prevención de Venezuela (Disip), luego
de ser señalado de participar como autor y cómplice del ataque a la
embajada, con sede en la jurisdicción de su alcaldía. Mes y medio
más tarde se le acusó formalmente de seis delitos y por ellos estuvo
cuatro meses en la cárcel y fue juzgado y absuelto en cuatro
oportunidades, por once jueces, durante los últimos siete años.
Henrique Capriles, como los otros cuatro dirigentes que se
presentaron este domingo a las primarias de la oposición, ha
prometido honrar hasta el final el pacto de la unidad que en 2008
suscribieron los 21 partidos que se oponen al Gobierno de Hugo
Chávez. Desde el principio lo ha dicho: “Mi adversario lo tengo
clarito: es Chávez, quien hoy tiene que cerrar su ciclo; es Chávez y
ese liderazgo faraónico mesiánico que cree que está por encima del
bien y del mal”.