Hamza Kashgari, un periodista de 23 años de Arabia Saudí, tuvo
que abandonar su país tras escribir varios mensajes en Twitter que
fueron considerados blasfemos. Sin embargo, fue detenido en Malasia
y fue repatriado. Ahora, podría ser condenado a pena de muerte por
sus comentarios.
En estos mensajes,
Kashgari se dirigía a
Mahoma. A pesar de que más tarde
eliminó los tweets, se produjeron
más de 30.000 respuestas
que se referían a los mismos y se llegó a crear una página de
Facebook en la que se
pedía su ejecución.
"En tu cumpleaños, diré que he amado al rebelde en ti, que
siempre has sido una fuente de inspiración para mí, y que
no me gustan los halos de divinidad
alrededor de ti. No rezaré por ti", escribió en la red
social, según recoge
Freethoughtblogs.
Ante la presión provocada por sus comentarios y los cargos por
apostasía a los que se
enfrentaba, Kashgari trató de
viajar a Nueva Zelanda, pero fue detenido en
Malasia.
Después,
el Ministerio del Interior malasio publicó un comunicado, recogido
por
IC Publications, en el que explicaban que Kashgari
sería repatriado por el
acuerdo de extradición del país. Los cargos, aseguraron, "son
asunto de las autoridades de Arabia Saudí".
Varios abogados especializados en Derechos Humanos
trataron de evitar su vuelta a
Arabia Saudí, informa
The Next Web. No obstante, no
tuvieron éxito y el periodista fue repatriado, por lo que
podría enfrentarse a la pena de
muerte, según
Amnistía Internacional.
En enero, Irán informó
que pensaba mantener la condena a muerte a un programador por haber
sido utilizado un programa desarrollado por él en diversas webs
pornográficas, algo
considerado un insulto y una profanación al
Islam.