El técnico del Barcelona, Josep Guardiola, que ganó este lunes en
Zúrich el Balón de Oro de mejor entrenador, no es sólo un renovador
que ha transformado el fútbol sino también ese "hombre tranquilo"
que sabe mantener la calma antes de los desafíos y la modestia tras
las victorias.
La "revolución" de 'Pep', que fue centrocampista del Barça en los
años 1990 a las órdenes del holandés Johan Cruyff, su inspirador, se
basa en el juego colectivo, la posesión del balón y la polivalencia
de sus hombres, como demostró en diciembre en la final del Mundial
de Clubes (4-0) contra el Santos.
"La diferencia es la calidad de los jugadores. El Barcelona es el
club número uno del mundo, como se ha comprobado hoy. Era sumamente
difícil, pero es que casi nadie en el mundo entero puede ganar ahora
al Barcelona", dijo tras la derrota Muricy Ramalho, el entrenador
del equipo brasileño.
Guardiola, a punto de cumplir 41 años, ha sido el arquitecto del
dominio del club catalán desde su llegada al banquillo en 2008 y
acumula hasta ahora 13 de títulos en los 16 torneos que disputó.
El 2011 volvió a ser un gran año para el Barça bajo sus órdenes,
con cinco títulos de seis, incluyendo la Liga española, la Liga de
Campeones y el Mundial de Clubes en diciembre.
Más allá de los trofeos, el Barça de Guardiola destaca por su
juego colectivo y cuenta además con grandes individualidades,
empezando por el argentino Lionel Messi, pero también con hombres
clave en el centro del campo como Xavi o Andrés Iniesta.
"Guardiola ha creado una filosofía diferente para el Barcelona.
Creo que la era Cruyff puso las fundaciones por la amplitud de su
juego y el uso de todo el campo" explicó el técnico del Manchester
United, Alex Ferguson, poco antes de la final perdida en mayo contra
el Barça (3-1) en la Champions.
Su influencia también es patente en la selección española, que
cuenta con numerosos jugadores del Barcelona, y que ha erigido el
"tiqui-taca", esa particular forma de mantener la posesión del
balón, en un arte, como demostró la victoria de la 'Roja' en el
Mundial-2010 de Sudáfrica.
Pero Guardiola es también sinónimo de un estilo y un carácter
propios, el de un hombre cuya modestia irrita a veces a sus propios
fans, con un respeto total hacia sus rivales, incluso los más
asequibles y siempre la voluntad de sacar importancia a sus logros.
"¿El clásico? Lo importante son Merkel, Sarkozy y el euro" dijo
en diciembre poco antes del partido contra el Real Madrid, en
referencia a la reunión que la canciller alemana y el presidente
francés tenían esa semana para salvar la moneda única europea.
El recorrido de Guardiola empezó en el pueblo de Sant Pedor,
cerca de Barcelona, donde nació en 1971 y empezó muy pronto a
interesarse por el fútbol.
En junio de 1984 llegó al equipo azulgrana procedente de un club
local y partir de 1991 Cruyff lo incorporó como medio centro en el
primer equipo. En pocos años 'Pep' se convirtió en una pieza clave
del 'Dream Team' del holandés, que en mayo de 1992 hizo historia
para el club con su primera Copa de Europa.
Con la llegada Louis Van Gaal como entrenador 'Pep' consolidó su
papel como líder del equipo y fue uno de los jugadores más
carismáticos, hasta que en 2001 dejó el club, el mismo año en que
dio positivo por dopaje, un caso del que fue
absuelto en 2007.
Tras su periplo por Italia, Catar y México, Guardiola se
convirtió en 2007 en técnico del Barça B.
En junio de 2008 llego al primer equipo y logró un histórico
'triplete' (Copa, Liga y Champions) para el Barcelona, su primer
gran éxito que la ha convertido en un referente en Cataluña.
En septiembre pasado recibió la medalla de honor del parlamento
catalán, donde aseguró en un discurso solemne que no quiere ser
"ejemplo de nada" y dedicarse únicamente "al oficio que amo, de la
mejor manera posible", algo que sus seguidores esperan que haga
todavía durante mucho tiempo.