El fundador de Inditex disfruta a sus 76 años con un plato de
patatas fritas y huevo, no le gusta llevar corbata, huye de los
flashes y suele visitar la fábrica en Arteixo, donde se reúne y
almuerza con los suyos. Casado y con tres
hijos, empezó a trabajar con 13 años como recadero en una camisería
de La Coruña. Medio siglo después tiene la tercera mayor fortuna del
mundo y el caso Inditex se estudia en las escuelas de negocios. La
marca Zara se asocia a buen diseño, precio asequible y orientación
al cliente.
Amancio Ortega (Busdongo
de Arbas, León, 1936), el tercer
hombre más rico del mundo
según el índice de Bloomberg, sigue siendo el mismo empresario
inquieto y trabajador que
hace 35 años acudía al Polígono Sabón-Arteixo para
supervisar y dirigir el trabajo de
Confecciones GOA, la base de Zara. El mismo hombre que
disfruta
de un plato de patatas fritas y huevo, o de
un rodaballo a la plancha,
o simplemente de la cuchara de las
lentejas, un hombre educado y afable, generoso con los
suyos y con buen ojo para elegir a las personas de confianza. Quien
lo describe es Rosa María Miguez,
gerente del ‘Gallo de Oro’, restaurante de
Arteixo (A Coruña) adonde
Ortega acude a almorzar o cenar desde hace más de tres décadas.
Desde que empezó con su negocio textil que ha acabado siendo un
imperio de la moda y un caso de estudio en las escuelas de negocio.
“Amancio Ortega no es un
superhombre. Simplemente es una persona con
amor a su trabajo,
dedicación, que tuvo una buena idea
y que ha sabido rodearse de gente buena. Todo eso, unido
al factor suerte, le han
empujado hacia arriba”, explica con naturalidad Miguez, que tiene
una relación “de tú a tú” con el fundador de Inditex. “Cuando entra
en la puerta del restaurante, no pienso en él como el más rico de
lo que sea, sino como un viejo conocido”.
A sus 76 años, ya
jubilado tras delegar hace un año la presidencia de Inditex a
su mano derecha Pablo Isla,
sigue visitando casi a diario la
sede de Inditex en Arteixo. Allí puede comer con los suyos
por un menú que cuesta 15 céntimos, o darse una vuelta para ver qué
se cuece en el imperio. O también puede darse
una vuelta por A Coruña y entrar en
una de las tiendas de Zara o Massimo Duti. Siempre en
camisa y pantalón de pinza. Nada de corbata. Solo transigió en la
boda de su hija Marta el pasado febrero.
Desde 2002 está casado con Flora
Pérez, con la que tiene a su hija Marta. Se separó en 1986
de su primera mujer, Rosalía Mera, cofundadora de Zara, con la que
tiene dos hijos.
Un hipódromo para su hija, el único 'lujo' conocido
Un hombre de gustos austeros,
nada de extravagancias –la única gran obra personal que se conoce es
el hipódromo Casas Novas
que construyó para que su hija pequeña Marta pudiera practicar
hípica. Además, huye de los flashes y las declaraciones públicas.
Solo la periodista Covadonga O'Shea,
exdirectora de ‘Telva’, ha indagado en su figura con la única
biografía autorizada: ‘Así es Amancio Ortega, el hombre que creó
Zara’.
El pasado julio, la periodista, que es amiga del empresario,
habló de los orígenes modestos de
Ortega y de cómo a pesar de haber renunciado a la
presidencia de Inditex el año pasado, no ha dejado de ir a trabajar
ni un solo día.
Ortega, hijo de un ferroviario,
empezó a trabajar a los 13 años
como chico de los recados en una camisería de lujo de La
Coruña. Después de trabajar como dependiente de en la mercería La
Maja, fundó en 1963 Confecciones
GOA, una empresa familiar que confeccionaba batas para
mujer.
La fábrica fue ampliando el mercado textil y el primer peldaño de
su imperio fue la primera tienda de
Zara, que se abrió en 1975 en Coruña.
En los años 80 empezó la expansión de su empresa textil. La
primera tienda fuera se abrió en Oporto. En 2011 dio el saltó a la
Bolsa y se expuso a los mercados. A pesar de haber sufrido
retrocesos, por ejemplo en 2009 Inditex logró fuerte
revalorizaciones al subir un 38%, a pesar de la contracción
económica.
En el primer trimestre la compañía logró un beneficio de 432
millones de euros, un 30% más que el año pasado, subió un 45% en
Bolsa y superó a Telefónica como empresa con más valor en el
selectivo.
Ahora, Inditex tiene 5.618 tiendas en 84 países del mundo.
El caso Zara en las escuelas de negocio
Rosa María Miguez, gerente del
‘Gallo de Oro’, explicaba al comienzo del reportaje cómo
Amancio Ortega ha llegado a este punto y apuntaba a fue fiel a una
idea. Desde los comienzos, la estrategia de sus tiendas fue
comercializar tendencias de buenos
diseñadores a un precio razonable. 
El caso Inditex se
estudia en las escuelas de negocio de todo el mundo y las facultades
de Económicas o Empresariales. “El hecho de llevar una prenda
marcado con la firma de Inditex es señal de buen gusto y motivo de
orgullo. Zara y sus hermanas pequeñas han conseguido crear
una marca verdaderamente potente
basada en el diseño, buen precio y orientación al cliente”,
apuntan los investigadores Francisco Javier Caro y Gloria Jiménez,
de la Universidad de Sevilla, en una tesis dedicada al caso Zara que
se estudia en la Roehapton University de Londres.
“Es una persona natural. No es campechano que se ponga a dar
besos a todo el mundo. Pero sí agradable, cercano y cordial. Es más
fácil de servir que algunos de sus subordinados”, cuenta Miguez.
En esta crisis que noquea a casi todo el mundo, está bien hablar
de alguien que ha triunfado y del que se encuentra una explicación
de su éxito, dice la hostelera. “Siempre que
se sienta en la mesa lo
hace pensando que el de enfrente
salga de la comida de forma satisfacto