Sor María Gómez Valbuena se ha negado hoy a hablar ante el juez
por su supuesta implicación en un caso de niños robados y, por
tanto, permanece imputada por el delito de detención ilegal por el
que había sido llamada a comparecer. El juez Adolfo Carretero ha
citado mañana a declarar en calidad de testigos a los padres
adoptivos de la supuesta niña robada. La monja es la primera acusada
directamente tras 1.500 denuncias interpuestas en fiscalías de toda
España por madres que creen que les robaron a sus hijos tras el
parto.
Gómez Valbuena, con el hábito de las Hijas de la Caridad, ha
acudido poco después de las ocho de la mañana al Juzgado de
Instrucción número 47 de Madrid acompañada por otra religiosa de la
congregación y una hora y media antes de la citación. Pretendía -y
lo consiguió a la entrada- esquivar a la multitud de medios de
comunicación que la esperaban, entre ellos muchos extranjeros. Tras
acogerse a su derecho a no declarar ante el juez, salió escoltada
por varios policías municipales por una puerta lateral, la del
juzgado de guardia, pero entonces no pudo evitar a los medios de
comunicación.
Tampoco a otras madres que la acusan de robarle a sus bebés y que
en cuanto la vieron empezaron a gritarle:
"¡Sinvergüenza!","¡Queremos verte la cara!" mientras sor María se
subía a un Mercedes Benz todoterreno negro con los cristales
tintados para abandonar las dependencias judiciales.
La monja, de 80 años, ha contratado los servicios de José María
Calero Martínez, abogado de los padres de la menor asesinada Marta
del Castillo. También la fiscalía de Madrid la citó a declarar como
imputada, y también en aquella ocasión la monja se negó a hablar.
Decenas de madres que buscan a sus hijos y que han visto sus casos
archivados en las fiscalías por falta de pruebas tenían todas las
esperanzas depositadas en que esta vez sor María iba a contar al
juez lo que hizo y lo que sabe.
El caso por el que el juez ha citado como imputada a esta monja
es el de María Luisa Torres, que dio a luz en 1982 en la clínica de
Santa Cristina de Madrid a una niña, Pilar, que asegura le arrebató
sor María bajo la amenaza de quitarle también a su otra hija "por
adúltera", según la denuncia. Gracias a la ayuda del padre adoptivo
de Pilar, madre e hija pudieron reencontrarse el año pasado, 29 años
después del parto. La semana pasada ambas declararon ante el mismo
juez que hoy ha tratado de interrogar a sor María. "Si no lo paga
aquí, lo pagará arriba", afirmó Pilar refiriéndose a la religiosa,
antes de entrar al juzgado. "Merece el mayor de los castigos",
añadió su madre.