Barack Obama ha aprovechado la cumbre anual entre líderes de
Estados Unidos y la Unión Europea, celebrada hoy en Washington, para
exigir a sus homólogos europeos que tomen urgentemente las medidas
necesarias para tratar de solucionar la crisis de la deuda en Europa
e intenten evitar un contagio en EE UU. A la cumbre no acudieron
jefes de Estado europeos, pero el presidente estadounidense envió
ese claro mensaje a través de los altos representantes de la Unión
Europea, que acudieron a visitarle a la Casa Blanca.
Por la parte norteamericana acudieron a la cumbre el propio
presidente Obama; la jefa de la diplomacia norteamericana, Hillary
Clinton, y el secretario del Tesoro (ministro de Economía), Timothy
Geithner. Llegados de Europa, visitaron la Casa Blanca el presidente
del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy; el presidente de la Comisión
Europea, Jose Manuel Durão Barroso, y la alta representante para la
política exterior de la UE, Catherine Ashton.
“Les he comunicado que EE UU hará lo posible para ayudarles a
avanzar hacia una economía más fuerte”, ha anunciado Obama tras la
cumbre. “Porque si la economía de Europa se contrae, eso supone que
será mucho más difícil para nosotros crear empleo aquí en EE UU”.
Previamente, la Casa Blanca avanzó que Obama pediría medidas más
contundentes a los gobiernos de países como Francia o Alemania. “Se
trata de algo que [los líderes europeos] necesitan solucionar y que
tienen la capacidad de solucionar”, dijo antes del encuentro el
portavoz de Obama, Jay Carney, en conferencia de prensa. “Nuestra
postura al respecto es y siempre ha sido la misma: que es necesario
que Europa actúe con fuerza y determinación, sobre todo con los
nuevos gobiernos en Italia, Grecia y España”.
Desde hace dos semanas, Obama ha estado anticipando el tono de la
reunión de esta tarde. En una visita a Canberra (Australia), el 17
de noviembre, el presidente norteamericano pidió a la UE medidas
urgentes, y exigió a los líderes de las primeras potencias
económicas de Europa que tomen medidas contundentes y de consenso,
justo en un contexto en el que Francia y Alemania han tendido a
distanciarse de las naciones con más problemas, como Grecia, España
o Italia.
“En este punto, la amplia comunidad Europea debe respaldar
conjuntamente el proyecto europeo”, afirmó entonces el presidente.
“Vamos a seguir asesorando a los líderes europeos sobre las
opciones que serían las adecuadas para calmar a los mercados. Y eso
requerirá algunas decisiones duras por su parte. Finalmente, lo que
van a necesitar es un cortafuegos que deje claro un mensaje: que
estamos todos respaldando el proyecto europeo, que todos apoyamos al
euro”.
La crisis fiscal en Europa se ha contagiado de un país a otro, de
Grecia a España e Italia, y ha provocado una dañina huída de
inversores de la eurozona. Eso ha dado pie a todo tipo de
reacciones, como la apertura de unas negociaciones entre Francia y
Alemania sobre la posibilidad de formar un núcleo duro en la zona
euro compuesto por las economías fuertes. Además, la canciller
alemana, Angela Merkel, se ha opuesto a la posibilidad de emitir
eurobonos, una medida que ha apoyado el propio Durão Barroso y que,
según los analistas, apaciguaría considerablemente a los mercados.
“Obama no puede pedir a los líderes de la Unión Europea nada que
no le puedan ofrecer. Lo único que puede exigirles es que pongan
orden en su casa, y que ejerzan influencia para hacerlo sobre los
respectivos jefes de Estado, especialmente Merkel y [el presidente
francés Nicolas] Sarkozy”, explica Justin Vaïsse, director de
investigaciones del centro de estudios Brookings. “Además, la
situación económica en EE UU no es la misma de hace años. No hay una
gran bonanza presupuestaria que le permita ofrecer ayudas o
estímulos. Lo único que puede hacer es pedirles que pasen a la
acción para evitar un mayor contagio de la crisis”.
La lenta reacción de aquellos que la Casa Blanca cree que
deberían tomar medidas drásticas por su fortaleza económica, como
París y Berlín, y los riesgos de la división del llamado eurogrupo,
han despertado el nerviosismo en Washington. Obama y su equipo de
asesores temen un contagio de la crisis de la deuda a EE UU, algo
que supondría un grave problema para la reelección del presidente en
noviembre del año que viene. La semana entrante, los 27 líderes de
la UE se reunirán en Bruselas para tratar de consensuar un nuevo
pacto fiscal, que, a petición de Merkel y Sarkozy, impondría una
mayor disciplina presupuestaria a los gobiernos de los 27 países
miembros.
Alianza estratégica
- Los líderes de la UE y la Casa Blanca se
comprometieron a "respetar los acuerdos" firmados en la
pasada Cumbre de la ONU
para el Cambio Climático, celebrada en Cancún.
Afirmaron que "trabajarán en conjunto" para promover
"avances positivos" en la próximo cumbre, que se
efectuará en Durban (Sudáfrica).
- Sobre los acontecimientos en
Egipto, Túnez y Libia,
los líderes aseguraron que se trata de "una oportunidad
histórica" para promover la democracia en Oriente
Próximo.
- También efectuaron un llamado para que el Gobierno
de Siria detenga la represión en contra de sus
ciudadanos y pidieron al régimen de Bachar El Asad que
admita la visita de "periodistas independientes" y
"observadores internacionales" a su territorio.
Felicitaron así mismo al Gobierno yemení por el anuncio
de su próxima transición.
- Por otro lado, ambas partes mostraron su
preocupación por el programa nuclear iraní y reafirmaron
su compromiso con "una salida diplomática" al conflicto. Fuente