El argentino fue castigado por el árbitro Wolfgang Stark por
derribar a Abbiati con un amago ilegal en el lanzamiento del penalti
que a la postre significaría el 1-2.
En el minuto 28, el discutido penalti de Aquilani sobre Xavi dejó
en manos de Messi el romper el maleficio que le unía a los equipos
italianos, a los que aún no había marcado. Y a punto estuvo de no
hacerlo, ya que tuvo que repetir la pena máxima después de que
Wolfgang Stark, árbitro alemán del encuentro, le amonestara e
hiciera repetir el lanzamiento.
El motivo de dicha sanción está en la forma en la que ejecutó el
disparo: amagando de manera ilegal el mismo y derribando así
a Abbiati, que se venció hacia la izquierda dejando a Messi marcar a
placer. Ante las enérgicas protestas del Milan, y motivado por la
reciente revisión de la norma por parte de la FA Board
Internacional, Stark ordenó repetir la acción y amonestó al jugador.
La FA Board Internacional, entidad avalada por la FIFA, entró en
este debate a comienzos de 2010, cuando en el mundo entero Neymar
consiguió que se hablara de sus estrambóticas paradinhas en Brasil.
Y dictaminó: "Un jugador que corre, se pinta, finta el disparo y
tira, comete una infracción; pero no el que detiene su carrera sin
amagar el disparo". En su momento, también se habló de "una acción
antideportiva" y que, "como tal, la tarjeta amarilla está
justificada".