LAS NUEVAS TURBULENCIAS DE
CALAMARO
Aquí no se libra nadie. Hasta
Andrés Calamaro ha caído en
el infierno rosa. La separación de su esposa, la actriz Julieta
Cardinali, se ha convertido en la comidilla de Argentina, aparte de
provocar unas turbulencias emocionales que han reventado planes de
lanzamientos discográficos y una gira de teatros por España. En
compensación, el carismático músico está compartiendo nuevas
grabaciones caseras a través de la Red.
En un mundo sensato, se podría creer que las infidelidades de una
rock star no constituyen noticia. Pero estamos hablando de la
República Argentina, donde los rockeros son tan idolatrados (y
vigilados) como los futbolistas. A finales de 2010, se supo que
Julieta Cardinali se distanciaba de Andrés Calamaro, aparentemente
por un desliz del cantante. En su reciente gira por Chile, estuvo
acompañado por Micaela Brequer, una modelo de la revista Playboy.
Alguien del séquito de Calamaro pasó la información a la actriz y,
por si había dudas, apareció un vídeo donde la Brequer bailaba ante
Andrés en un escenario de Santiago.
La quiebra de la pareja Calamaro-Cardinali fue inmediata. El
músico abandonó el domicilio conyugal -se habían casado en julio de
2010, tras cinco años de relación- y se instaló en un piso del
barrio porteño de Belgrano, inmediatamente asediado por la prensa
del corazón. Allí se detectó la visita de una vedette,
Mariana Diarco, supuesta experta en explotar escándalos. En la jerga
de los especialistas de cotilleos rioplatenses, "la infartante
rubia" declaró que el cantante estaba desolado por la situación, que
echaba de menos a su hija Charo y que ambos -Mariana y Andrés-
escapaban a Madrid para evadirse del acoso mediático. No hubo tal
viaje. Quien sí estuvo en España fue la esposa despechada, por
motivos profesionales: una foto suya, junto al cineasta Juan Carlos
Fresnadillo, ocupó la portada de la revista argentina Gente.
El comentario era inevitable: "La revancha de Julieta Cardinali".
Verse convertido en protagonista de semejante culebrón es la peor
pesadilla para un músico tan hipersensible como Calamaro (Buenos
Aires, 1961). Ha protestado indignado por la invasión de su
privacidad, ha pedido perdón a su legítima en una carta abierta y
parece haberse volcado en la grabación en solitario de música ajena,
en lo que denomina el Estudio Boutique. En el blog El
Hornero Amable (elhorneroamable.blogspot.com
) ofrece lo que denomina Classic blues, recreaciones de
piezas de Elmore James o Robert Johnson, con textos didácticos.
Quizá aún más revelador sea el proyecto Absolute bounce.
Obviamente, nada que ver con el bounce, esa variedad del
rap propia de Nueva Orleans; más bien habría que traducirlo como
Rebote absoluto. Se trata de una colección de temas ajenos, que
podría revelar el estado anímico de Andrés Calamaro, que allí canta
y toca todos los instrumentos. Dos de las versiones aparecerán en la
página española efeeme.com. Se trata de Sexy Sadie, ambigua
canción de los Beatles escrita por John Lennon, y Seguir viviendo
sin tu amor, del histórico del rock argentino Luis Alberto
Spinetta.
Al igual que ocurrió con Deep Camboya y otros productos
informales de su generosidad creativa, Calamaro no espera que
Absolute bounce se convierta en un disco físico. De momento, se
ha suspendido sine die la publicación del próximo lanzamiento
oficial de Andrés, Salmonalipsis now, una antología de temas
procedentes de El salmón con media docena de inéditos: estaba
a punto para su fabricación, a falta únicamente de los textos
explicatorios del propio autor. Pero, desde hace unas semanas, el
artista ha interrumpido las comunicaciones con su sello, Warner
Music, aunque en la compañía recuerdan que tiene contrato vigente
hasta primavera. Salmonalipsis now se había pensado para
facilitar el acercamiento a El salmón, un artefacto
intimidante -103 canciones en cinco CD- que no estuvo disponible en
países de economía endeble.
Durante los últimos tiempos, Andrés Calamaro ha centrado sus
esfuerzos profesionales en ampliar público en Hispanoamérica, una
decisión que ha coincidido con cierta tropicali-zación de su rock.
En estos días, se halla en Los Ángeles (California), participando en
la grabación del MTV Unplugged del veterano grupo mexicano Los
Tigres del Norte. Calamaro figura como invitado de la familia
Hernández al lado de René (Calle 13), Paulina Rubio, Juanes, Diego
Torres y Zack de la Rocha (Rage Against The Machine). Calamaro ha
preferido no hacer declaraciones a este periódico.
Históricamente, las turbulencias amorosas de Andrés Calamaro han
tenido incidencia directa en su arte. Honestidad brutal
(1999), tal vez su obra más celebrada, fue desencadenada por otra
ruptura. A continuación, el artista entró en una rutina de vida
peligrosa que acompañó a la productividad torrencial de la época de
El salmón (2000), cuando grabó un mínimo de 400 canciones. A
principios de la pasada década, volvió a la sobriedad, aunque hubo
un largo parón de discos y actuaciones. En el año 2005 reapareció en
directo; poco después, recuperó la estabilidad sentimental al lado
de Julieta Cardinali. Fuente
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